8. Compañia

217 20 0
                                    

Los señores de la casa no acostumbraban a salir usualmente, sin embargo, un par de meses antes de su partida de su único hijo decidieron empezar acudir algunas reuniones de las familias cercanas a su círculo social, con quienes por responsabilidad de crían a su hijo dejaron de frecuentar.

Desde el 1er día que James acudió a Hogwarts, un desagradable caos se instalo en la familia Potter.

Tres días antes se le había notificado de manera sutil que le darían un regalo que únicamente es entregado al sucesor de sangre. Y que la responsabilidad que traería consigo no lo dejaría hasta haber hecho lo que se esperaba de él, supuestamente.

Fue así, un día antes de su partida la cabeza de la familia, el Sr. Fleamont tuvo una platica privada con su heredero.

Su esposa, la Sra. Euphemia estuvo todo el tiempo nerviosa, habían criado a James de una manera poco ortodoxa. Si, lo habían malcriado y consentido de sobre manera. Pero le enseñaron principios, modales, reglas y lo que se necesita para tomar el lugar para el cual nació.

Le dieron la libertad que debía tener, más la realidad era que ya no habría tal cosa.

El jovencito salió del despacho de su padre a paso decaído subió por la escalera, con cada paso el eco resonaba en la madera a pesar de la alfombra que lo cubría.

Su madre lo vio con amargura, si de ella hubiera dependido tal costumbre no la hubieran puesto en práctica, pero sabia que era inútil. Su legado dependía de que James hiciera lo que convenía a su familia.

Por el próximo legado, próspero y leal.

Esas palabras las tenían marcadas en el alma el matrimonio Potter.

Cuando recibieron la noticia que su hijo terminó seleccionado para la honorable casa de Slytherin, el que demostró su desagrado de inmediato fue el retrato del abuelo Henry, padre del Sr. Fleamont.

-Les advertí que educarlo de esa manera tan libertina traería consecuencias.

De su pequeño boticario saco una poción tranquilizante. -Da igual padre, William ahora tiene más repertorio de donde elegir -dicho eso, tomo con tranquilidad del frasco el contenido.

Dando una calada a su pipa respondió: -Hace décadas que no congeniamos con familias practicantes de magia oscura. No nos vendría mal, alguien con dote de oscuridad. Deberías hablar con él, de seguro no sabe ni donde meter la cabeza ese muchacho.

-De ninguna manera, ya no es un niño. Lo veremos cuando sea necesario, debe asumir lo que representa y por ende aprender a dejarnos de lado -dijo aquello sin titubeos ni remordimiento plasmado en su mirada, posando cerca de la chimenea encarando a su padre como acostumbraba.

Soltó una risa estruendosa calando hasta los huesos a la pobre Sra. Euphemia, que se encontraba tejiendo. -Escúchame bien Fleamont, guía a ese hijo tuyo por el camino que hemos recorrido por bien nuestro, sino seremos un blanco tentador para la comitiva a la que pertenecemos. Y créeme que será un juego del cual no quieres meter a tu cervatillo.

Euphemia se trago su inconformidad, pobre de su hijo quien con creces vino a sus vidas para ahora serles de utilidad. No quería permitirse darse golpes de pecho sabiendo que por ello contrajo matrimonio con Potter para salvarse de la maldición que los acecha.

Y que inútilmente apenas si han logrado despistar la reliquia. Pensó que al contraer nupcias con el heredero Potter su maldición y la de su esposo aminoraría, sin embargo esta se embriagó de magia negra. Así fue que sus reliquias de ambos se unieron forjando una nueva que ahora quien la porta es su primogénito.

 Así fue que sus reliquias de ambos se unieron forjando una nueva que ahora quien la porta es su primogénito

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ámbar - JeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora