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Takeshi, un pequeño niño de tan sólo nueve añitos de edad, era tan pero tan preguntón y curioso, desde que Sae lo dió a luz supo que este niño en particular explotaría el mundo en sus manos.

Al pequeñito siempre encontraba una pregunta que hacer, por más insignificante que fuera, amaba tener conocimiento de todo y no dejar pasar ningún detalle.

¿Por qué hay distintos tipos de clima?

¿Por qué las nubes parecen algodones blancos y esponjosos?

¿Por qué los peces tienen escamas y los humanos no?

¿Por qué evolucionamos de un mono?

Y Sae, tenía todas las respuestas a sus preguntas, su hijo era un genio sin caso. Pero había una pregunta en particular que el Itoshi, hasta ahora, nunca pudo contestar.

-¿Mamá?

-Dime

-¿Dónde está mi papá?

Sae arrugó su entrecejo junto a su nariz queriendo retener un suspiro repetitivo. Ahí estaba la misma pregunta desde hace cuatro años.

No culpaba a su hijo, al asistir a la escuela era normal que sus curiosos séntidos brincaran y comenzara a notar que sus compañeritos no tenían sólo a su mamá, sino también un papá.

-Takeshi, ya hemos hablado-

-¡Pero espera!-Alzó su manita poniéndole un alto a su madre-Siempre te pregunto quién es, está vez es distinto, estoy preguntando dónde se encuentra.

-Bueno, en realidad no lo sé.

-¿No lo sabes o no quieres saberlo?

Por alguna razón siempre se sentía tan juzgado por su propio hijo de nueve años.

El omega retiró su silla del escritorio y tomó al pequeño en brazos sentándolo en sus piernas. Takeshi aspiró un poco del aroma a lavanda que su madre portaba y se permitió relajarse en sus brazos, acurrucados, sólo madre e hijo, como siempre fue y sería.

O al menos eso Sae pensaba.

Esa misma tarde, Rin debía cuidar a Takeshi mientras que Sae se reunía con su mánager y el equipo encargado de entrevistarlo.

Rin encendió la televisión para ambos buscando el canal en que su hermano se presentaría.

Takeshi adoraba pasar tiempo con su tío, era su favorito de entre muchas personas, su tío era gruñón y antipático, lo sabía por que lo era incluso con su mamá en ciertos momentos. Y aún así, Rin tenía un lado suave y muy cariñoso que sólo se lo permitía verlo a él, Takeshi era téstigo en carne viva de lo humano y protector que podía ser Rin como alfa, como hermano y como tío. Lo amaba, enserio que lo hacía, era su tío después de todo y muchas veces su compañero cuando su madre no estaba, la única compañía que Takeshi tenía en casa y que odiaba compartir.

Pero Rin tenía a alguien más, alguien más com quien tenía ese mismo afecto que solía ser sólo para él.

Un día de repente y sin aviso, Rin aparecía acompañado de alguien más, un omega lindo y bello de ojos y cabello azul, quien le causó una enorme curiosidad a Takeshi y unas ganas terribles de conocerlo todo de él.

Ese día, Hiori no dejó de recibir preguntas del pequeño y trataba de contestar todas y cada una de la forma más rápida posible.

Rin dijo que Hiori era su pareja, su omega y su destinado, se amaban. Así que Hiori se convirtió en la tercera persona favorita del niño.

"-¿Por qué no estabas antes con mi tío?-Preguntó el pequeño colocando sus manitas en la orilla de la mesa, observando de lejos y con caútela al peliazul.

-Bueno, eso es por que nos acabámos de conocer-Contestó.

-Entonces, ¿un omega y un alfa pueden conocerse muchos años después?

-Supongo que sí, la ley de nuestro mundo dice que tarde o temprano, un alfa conoce a un omega y viceversa y viven juntos o felices, al menos en la mayoría de casos.

-¿Un omega puede vivir sin su alfa?

-Supongo que si no hay lazos de por medio, sí."

Si un omega y un alfa vivían el resto de sus vidas felices y juntos como Hiori había dicho, ¿por qué su mamá no estaba con su alfa? ¿Dónde estaba su papá y quién era? ¿Él no era considerado un lazo de por medio? ¿Es que acaso él no fue suficiente para mantener a sus padres juntos?

Eso lo deprimió.

-¿Sigues pensando en lo qué Hiori dijo?-Le preguntó el azabache de pestañas bonitas.

-Un poquito.

-Hiori se refería a que-

-Sé a lo que se refería tío, no me trates como niño pequeño-Hizo un puchero mirándolo con los brazos cruzados.

-Pero eres un niño pequeño, eres mi sobrino consentido-Abrió un poco sus manos y Takeshi se acercó para que Rin lo recibiera. Este lo alzó sentándolo a su lado.

-Tío, ¿mi papá-?

-Take, sabes que no me agrada hablar sobre tu padre.

-¿Por qué?

-¡Por que tu padre es-!

No.

Si bien detestaba al progenitor del niño, al ex de su hermano, tampoco podía hablarle mal a su sobrino de su propio padre. Por más que quisiera, Sae casi le rogó, que no pusiera encontra a Takeshi de su papá, que no hablara ni bien, ni mal, sólo no lo comentara.

-Sólo, veamos a tu mamá ¿sí?-Acarició sus cabellos con una de sus manos libres-Te prometo que está bien.

-No lo está... quiero conocerlo.

-Bueno, tampoco puedes sólo ir a buscarlo.

A Takeshi se le prendió el foco.

Y con esa idea en mente otorgada sin saber por parte de Rin, al día siguiente, fue a la escuela lleno de emoción y mil preguntas sobre su nuevo plan.

En la cabecita de un niño, buscar a su padre y reunirlo de nuevo con su madre, sonaba la idea más perfecta del universo.

T a k e s h i   《Ryusae Omegaverse》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora