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Ryusei planeó una cosa que cualquier niño disfrutaría a la edad de su hijo, ¡un parque de diversiones!

Según él, a Takeshi iba a facinarle y divertirse mucho, pues cuando él era pequeño adoraba que su padre le llevara ahí.

—¿En dónde estamos papi?—Preguntó el niño mirando por la ventana como ingresaban al estacionamiento buscando un buen lugar.

—Es un parque de diversiones, ¿recuerdas que me dijiste que nunca habías estado en uno?—Le sonrió por el retrovisor estacionando y deteniendo el auto.

Y era verdad, Takeshi nunca vino a uno de estos por que Sae los consideraba demasiado "arriesgados". Pero su papá era increíble por acordarse y traerlo a este lugar.

Si su papá era tan increíble y considerado, ¿por qué su mamá estaba tan furioso con él?

Soltó un suspiro y decidió que hoy no pensaría en eso, después de todo era la primera vez que pasaba tiempo de verdad con su papá. Había soñado durante años con este momento, por fin podría callarle la boca a todos esos niños que se burlaban de él por no tener un papá.

Apenas bajaron tomó la mano de Ryusei y un escalofrío le recorrió la espalda al escuchar los gritos que la gente soltaba cuando aquel juego bajaba de golpe. Tragó saliva y miró a su padre, lucía más emocionado que él comprando los boletos y pasando por la entrada.

—Muy bien, nos subiremos adonde quieras hoy, elije—Le dijo sonriéndole.

El pequeño morano miró a su alrededor, ¿en un lugar como ese qué juego lucía más tranquilo? Sus ojos rápidamente apuntaro a algo simple pero entretenido.

—¿Las tacitas?—Su padre alzó una ceja mirándolo. Takeshi asintió—De acuerdo, podemos empezar por ahí, ¡pero después subimos a uno más genial!

—Sipi—El niño se apuró a correr bajo la atenta mirada de su padre.

Luego de una divertida subida al juego de las tacitas, donde de cualquier modo se mareó ya que Ryusei se emocionó de más con las vueltas, se sentía un poco más aliviado. Ambos parecían estarse divirtiendo mucho.

—Muy bien, ahora pasemos a otro, ¿te parece si yo lo eijo?—Se agachó y cargó a su hijo en brazos colocándolo sobre sus hombros.

—Bueno...—Titubeó un poco sujetándose a la cabeza del mayor.

—Anda, será divertido, ya verás—Y con eso dicho se encargó de ir a un juego bastante movido.

Takeshi estaba asustado, aunque no iba a admitirlo, ahora se daba cuenta por que su mamá nunca lo dejaba venir a estos lugares

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Takeshi estaba asustado, aunque no iba a admitirlo, ahora se daba cuenta por que su mamá nunca lo dejaba venir a estos lugares. Apretó sus ojitos con fuerza cuando el carrito de la atracción llegó hasta arriba y se quedó un momento en la cima.

Ryusei le miró y le apretó la mano demostrándole confianza, pero no sirvió de mucho por que fue corto el tiempo en que la atracción volvió a bajar y Takeshi soltó el grito al aire, el movimiento frenético y acelerado le hizo revolver su estómago y aferrarse con su vida a los barrotes del carrito.

T a k e s h i   《Ryusae Omegaverse》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora