8. "amor de mi vida..."

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Golpeaba y golpeaba la puerta de su cuarto con fuerzas, ella solo la ignoraba mientras sus lágrimas seguían cayendo sin parar de sus ojos, se sentía tan traicionada que no creía poder volver a ver a Valeria a los ojos.

"Daisy, por favor, cariño... abre la puerta, todo tiene una explicación."

"¡No te quiero escuchar, Valeria, déjame en paz por favor!" Con ambas manos se cubrió sus oídos para no caer ante la tentación de permitirle entrar a su habitación. "¡Solo vete, por favor!"

"¡Que me escuches, Daisy! Ella esta..." No podía decir que estaba mintiendo, pues Valeria y Sophia si tuvieron su pasado. "Jamás te use, preciosa mía... jamás fuiste una venganza ni nada parecido."

Los minutos pasaron y la puerta por fin fue abierta, dejando ver así a una Daisy totalmente sonrojada, sus mejillas estaban húmedas por su llanto y sus pjos hinchados. "Quiere irme de aquí, quiero irme lejos..."

Sophie de lejos escuchaba las palabras de su hija y se sentía sumamente culpable por lo que había hecho, todo había sido ocasionado por sus celos.

"Lo siento mucho... lo siento mucho, Daisy..." Susurraba en voz casi inaudible mientras la miraba de lejos desde la cocina. "Lo siento, hija..." Era más que consciente de que la había cagado... había cagado la oportunidad de construir una nueva relación con su hija.

"Daisy, preciosa..." Valeria por fin pudo realizar un poco de contacto con ella, sosteniéndola de las mejillas con ambas manos. "Por favor, hablemos primero y luego... te llevaré a donde quieras ir."

Ella asintió aceptando la propuesta, pues su corazón a pesar de sentirse dolido escuchaba al cerebro que le decía que la escuchara, debía darle la oportunidad. Confiaba en Valeria, pero estaba totalmente cegada por el dolor.

"Habla, por favor... dime que lo que dijo ella era mentira." Se abrazó a si misma aún con la mirada puesta en el suelo y su cuerpo temblando, era una reacción natural de su cuerpo ante el temor de la inevitable tristeza que atacaría su cuerpo.

Valeria suspiró preparandose ante lo que iba a decir, estaba nerviosa y se podía notar en sus dedos que jugaban entre si. "Ella y yo... estuvimos juntas antes de que te conociera, pero terminamos unas semanas antes de tu secuestro y... las cosas no acabaron bien, Daisy, ella pensó que le fui infiel... Pero no, podré ser muchas cosas, pero en el tiempo que estuvimos juntas nunca estuve con alguien más."

"¿Y por qué... dice que yo soy una venganza? ¿Me estabas usando?" Su voz salía con dolor y miedo, miedo a cual fuera su respuesta, miedo a la verdad, a la realidad... al dolor.

"No, mi amor, jamás te usé... no fuiste una venganza ni nada parecido." Se acercó a ella para intentar abrazarla y Daisy sin mostrar protesta se dejó tocar, siendo cubierta por completa con sus brazos, sintiendo por primera vez la calma... la paz, la seguridad, todo lo que Valeria le pudo otorgar en este tiempo, su corazón latía con fuerza ante su tacto. "Ella... no sé porque dijo eso... y es tu madre, si no lo fuera... no se de que hubiera sido capaz." Trataba de calmar su creciente enojo con Sophie porque ahora solo quería centrar su atención en su chica y su bienestar.

"No digas esas cosas mientras intentar arreglar la cagada de recién." Cerró sus ojos con fuerzas y lentamente le fue devolviendo el abrazo, su cuerpo dejó de temblar por completo y ahora solo quería recibir el calor de su cuerpo, quería estar en esa posición para siempre y que no la soltara nunca más. "Te creo..." Esas simples dos palabras fueron el universo completo para Valeria, volvió a sentir tranquilidad donde había miedo y caos.

Ella le creía... Nunca antes le habían creído, la tomaban por el mentiroso pastorcito pero ella... ella su jodida luz en la oscuridad. Ella era a quien quería en su vida vida por la eternidad.

"Gracias, gracias, gracias... Gracias, mi amor." Con fuerzas la alzó del suelo y dio un par de vueltas en el aire con ella en brazos. "¿A... a donde quieres ir? Te llevaré ya mismo, pero por favor... que no sea el castillo, no quiero perderte."

"Llévame contigo, Valeria... por favor, a donde sea que vayas, llévame." Sus brazos se aferraron a ella y escondió su rostro en su cuello, llenando sus fosas nasales de su aroma.

"Donde vivo... Las Almas... soy líder de ese lugar, no quiero que sepan que nosotras tenemos... lo nuestro, un hijo de puta puede usarte para extorsionarme y sí, daría todo el dinero del mundo por ti... pero no quiero que te hagan daño." La separó de ella lentamente y luego caminó hacia la puerta del cuarto para cerrar esta con seguro. Acto seguido tomó a la rubia de las manos y tomaron asiento en la cama. "Las almas es un hermoso lugar, es mi lugar... Serás una mujer más allí, ni mis hombres tienen que saber de nosotras, no confío en nadie... así que lo que yo diga será palabra sagrada para ti, quiero que pases por desapercibida."

"Pensé que no ibas a acceder y que tendría que insistir." Respondió asombrada la menor mientras acariciaba las manos de Valeria, sacándole una pequeña risita a esta.

"Quiero llevarte conmigo a donde sea que vaya, no quiero tenerte lejos ni perderte... Así que sí, te vienes conmigo, güerita." Dejó un pequeño beso en sus labios y luego secó sus lágrimas. "Mañana hablaremos mejor de esto, ahora intenta descansar, mi amor... Prometo que cuando lleguemos a Las Almas te prepararé tus tacos y te prometo, jamás volveré a permitir que te vuelvan a hacer daño... Tu confianza es mi vida entera y la cuidaré tanto a ella como a ti el resto de mi vida." Volvió a dejar otro beso en sus labios y la ayudó a recostarse, sabía perfectamente que le iba a costar conciliar el sueño pero ahí estaría para ella, cuidándola de todo mal que se atreviera a acercarse.

Daisy la abrazó por la cintura con sus piernas y su brazo derecho pasó por debajo de sus pechos, abrazándola cual koala a árbol.

"Descansa, princesa..." Un par de minutos más tarde apagó, nuevamente, la luz de la lampara para dejar el cuarto a oscuras y, con su corazón lleno de alegría y paz, logró conciliar el sueño al instante.

Se sentía mucho más feliz que antes, que nunca.

La mujer de su vida confiaba en ella... La escuchó y decidió depositar su confianza en ella sin dudarlo, Daisy era más que una princesa... Era una reina.

Ambas dormían abrazadas, como si sus vidas dependieran de ello y solo lograban encontrar paz en sus brazos, con sus corazones cerca el uno del otro y estos latían de forma sincronizado como lo hacían los corazones de las almas gemelas.

Daisy agradecía tanto haberla conocido, nunca en su vida se había sentido más viva que ahora y sentía que apesar de ser nueva en el mundo, estaba viviendo
la mejor experiencia de toda. Estaba al lado de la mujer que, en un futuro, la esperaría en el altar.

[...]

poco más y me amenazan de muerte para que esto terminara bien ahre

me amenazaron con morder mi cachete 😔

se q es un poco corto pero es pq es exactamente de lo que quería que se tratara el capítulo, los próximos serán más largos.

espero que les guste.

muchas gracias por leer, votar y comentar.

nos vemos en el próximo capítulo <3

𝙎𝙬𝙚𝙚𝙩 [𝙑𝙖𝙡𝙚𝙧𝙞𝙖 𝙂𝙖𝙧𝙯𝙖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora