"Valeria, levántate..."
"No, eres una maldita diosa y mereces ser tratada como tal" Estaba arrodillada a sus pies, mirándola desde abajo con ojos de total apreciación y fascinación, no le cabía duda alguna que su chica era la más hermosa de todas.
"Pero no tienes porque estar arrodillada, vamos, arriba." Intentó agacharse para tomarla de las manos y esta se alejó "Llegaremos tarde, mujer, los invitados ya llegaron."
"Pueden esperar, yo quiero seguir venerando a mi mujer." Sus ojitos brillaban mientras la miraban y podía estar en esa posición por horas, pero debido al pequeño golpe en su puerta tuvo que levantarse a responder. "¿Que?" Preguntó con seriedad a su empleado, quien empezó a temblar ante la presencia de su patrona. "Habla chico, no tengo toda la noche."
"Lo estas poniendo nervioso, agresiva." Apareció detrás de ella y el chico apenas la vio se tranquilizó, en la finca se rumoreaba que Daisy tenía cierto poder al igual que Valeria, ya que creían que era su pareja. "Dinos." Habló con dulzura mirando al joven.
"Los... Los invitados ya llegaron y... y muchos quieren hablar con usted, Sin Nombre." Valeria asintió ante sus palabras y cerró la puerta con fuerza.
"¿Acaso quieres que te castigue como recién?" Preguntó cruzandose de brazos con fingida molestia refiriéndose a lo sucedido en la ducha.
Daisy negó con una pequeña sonrisita y sus mejillas sonrojadas. "Mejor bajemos, ya quiero presumirme." La tomó del brazo y besó sus labios, cuidando de no correr su labial.
"Recuerda, ellos te van a reconocer pero no dirán nada, pensaran que formas parte de este mundo y..."
"Valeria, se socializar, me enseñaron, cálmate." No quería decirlo, pero la mayor estaba más nerviosa que ella y era por el miedo a lo que llegara a suceder, le dio la orden a todos sus hombres de tener sus ojos sobre Daisy y cuidarla con su vida. Pero temía que no fuera suficiente. "Te quiero... Pero cálmate antes de que te abofetee."
Finalmente ambas bajaron, volviéndose el centro de atención gracias a Daisy y su deslumbrante belleza y... Que era una princesa.
Habían quedado totalmente fascinados con lo preciosa que era, aún más en persona y el interés por hablar con ella creció, todos los hombres querían hablarle y algunas mujeres, esposas trofeo, la miraban con cierta envidia.
Valeria en cambio, tenía la frente en alto y su típica sonrisita victoriosa en su rostro, todos querían asesinarla para querer estar en su puesto y su egocentrismo crecía.
"Cariño, te apuesto a que todos aquí quieren estar en mi lugar... Ay, pero pobre del cabrón que siquiera lo intente." Daisy soltó una pequeña risita cubriendo sus labios y al llegar al final de las escaleras se aferró con fuerzas a su brazo derecho.
"Creo que no te lo dije... Pero te ves demasiado preciosa esta noche." Le devolvió el susurro y ambas fingieron sonreír a la persona que se acercaba a ellas, un narco de Puerto Rico que traía pegado a él a su hermosa esposa.
Era una mujer llena de joyas y un vestido muy escotado.
"Pobre de ti que tu mirada baje a sus pechos." Bromeó Daisy antes de que ellos llegaran hacia su ellas y Valeria carcajeó disimuladamente.
Las charlas de negocios siempre aburrieron a Daisy, era un ping pong de manipulación verbal que tardaría horas en llegar a un ganador.
Apostaba que Valeria ganaría pero no iba a adelantarse, era de mala suerte.
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𝙎𝙬𝙚𝙚𝙩 [𝙑𝙖𝙡𝙚𝙧𝙞𝙖 𝙂𝙖𝙧𝙯𝙖]
Fanfiction¿Cual es el paradero de la princesa Daisy quien fue secuestrada del castillo aquella noche de septiembre?