Se arrepentía.
¿De que se arrepentía?
¿De haber tomado la decisión de irse con Valeria a su ciudad? ¿De haberse escapado del castillo? ¿De haberse comido ese burrito?
El último probablemente.
Pero no, se arrepentía por completo el haberse ido de la cabaña sin siquiera despedirse de Sophie, de su... posible madre.
Pero el dolor que le hizo sentir aquella noche era más fuerte que cualquier cosa, solo quería desaparecer de su vida y perderse con Valeria, solo quería estar con ella y adorarla el tiempo que le fuera posible.
"Amor mío, ¿Que tanto piensas?" La voz de Valeria sacó de sus pensamientos a Daisy, quien volteó a verla con una pequeña sonrisa en sus labios. "Lo siento, ¿Te saqué de tu trance?" Preguntó burlona a lo que esta negó sin borrar su preciosa sonrisa de su rostro.
"Estaba pensando en... Sophie." La mención de su nombre no era del total agrado de Valeria. "Debí de haberme despedido de ella de forma correcta, me comporté como una niña."
"Mira, no soy buena psicóloga ni mucho menos consejera, y creo que los problemas se resuelven con una buena extorsión o una bala en la cabeza... pero, tú no eres de ese tipo así que..." Se quedó un par de segundos en silencio mientras miraba hacia adelante en la carretera. "No es bueno guardarse el odio, puedes perdonarla y seguir de lado independientemente de si es tu madre o no... Ese es mi mejor consejo, cariño... espero que haya servido de ayuda."
"Sí, Valeria, voy a hacerte caso... Aunque perdonarla no es el problema, me cuesta pensar en ella porque... recuerdo sus palabras, que ustedes dos tuvieron algo... Fuiste mi madrastra por un tiempo si lo piensas bien." Ambas soltaron una pequeña risita ante el comentario de la menor, técnicamente tenía razón.
"Cambiando de tema, que no se como tu cabecita piensa esas cosas, ya nos falta poco para llegar." Daisy ante el aviso miró con emoción la ventana de su lado del carro y notó las pintorescas casas y los niños corriendo con globos en mano. "Bienvenida a Las Almas, amor mío." Su mano libre viajó a su muslo izquierdo y le dio un apretón suave, a lo que esta le dio una brillante sonrisa.
"Es precioso... Jamás vi un pueblo tan pintoresco y bonito." Quería bajar la ventanilla de su puerta pero sabía que no debía ser vista por nadie, su presencia por el momento, hasta que pudiera estar lejos de Valeria para que nadie sospechara, era un incógnito. "No te olvides de mis tacos, me lo prometiste."
"No me olvidé, niña, ten paciencia." Dobló en una esquina alejandose de las casas y comenzando un camino de tierra, conducía hacia su hogar alejado de todo y todos. "Princesa, voy a necesitar que frente a ellos seas una chica obediente, solo a ti te permito tratarme de esta manera y si alguno llega a presenciar eso... me perderán respeto."
"Entendido, tratar a su majestad con total respeto y obediencia, pan comido." Se acercó a su pareja para dejar un pequeño beso en su mejilla, pero esta simplemente se alejó marcando desde ese momento la distancia. "Oye, ni siquiera llegamos." Con un puchero en sus labios se cruzó de brazos y se acomodó en su asiento.
"Lo siento, mi amor, así funcionan las cosas con El Sin Nombre." De reojo, con una sonrisa en sus labios, miró a su princesa que no borraba su puchero de su rostro. "Esta noche... te llevaré al cine y luego por un helado, ¿Te parece? Una cita. Solo nosotras dos y capaz uno que otro mariachi."
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𝙎𝙬𝙚𝙚𝙩 [𝙑𝙖𝙡𝙚𝙧𝙞𝙖 𝙂𝙖𝙧𝙯𝙖]
Fanfiction¿Cual es el paradero de la princesa Daisy quien fue secuestrada del castillo aquella noche de septiembre?