Alexa, reproduce 'Mi sueño ideal'

2.6K 284 320
                                    

Holaa! Les aviso que ya está disponible el primer capítulo de la nueva versión, por si quieren ir a leerla, ¡Cuéntenme qué versión les gustó más!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Holaa! Les aviso que ya está disponible el primer capítulo de la nueva versión, por si quieren ir a leerla, ¡Cuéntenme qué versión les gustó más!

—Déjame ver si entendí: Estás viviendo con un chico —Gabe suena un poco irritado al teléfono.

—En pocas palabras...sí. Se llama Will.

—¿Will qué? —pregunta, refiriéndose a su apellido.

—¿Yo qué sé? —miento. Sé de memoria su apellido, pero por una buena razón—. Ni siquiera somos amigos.

—¡Pero estás viviendo con él, Heather!

Okey, ahora sí que suena molesto. Y entiendo por qué, pero ni que fuera para tanto. No sé absolutamente nada de él, y tampoco me interesa saberlo. Un poquito rencorosa, lo sé, pero así soy yo.

—¿Y? ¡No lo conozco!

—¡Pudiste compartir piso con...tu amiga Mae, por ejemplo!

—¡MAE COMPARTE CON ALGUIEN MÁS! ¡Y cuando llegué, el piso estaba vacío! Cálmate ya, no es nada.

—Por favor, Heather, ¿tú estarías calmada sabiendo que comparto piso con una chica?

Ni me importaría.

—Pues...sí.

—¡ESO NO TE LO CREES NI TÚ, CARAJO! ¡Cada vez estás más distante!

—¡ESO NO ES...!

—¿Qué? ¿No es cierto? ¡CLARO QUE ES CIERTO, Y LO SABES! ¡NO QUIERO QUE TE ACERQUES DEMASIADO A ESE CHICO, ¿ENTENDISTE?! ¡Te dejo seguir viviendo con él, pero mantén distancia! Te veo a las ocho en tu piso, y espero conocer al tal Will.

—¡No necesito...!

...Tu permiso.

Pero me cuelga.

Regreso al auto de Will, esperando que no haya oído nada de mi discusión con Gabe. Supongo que no lo nota, porque empieza con sus bromas:

—¡Oye, estás llenando de sangre mi auto!

—¡PUES TE JODES!

Tal vez soné más brusca de lo que planeaba, pero es un efecto secundario de hablar con Gabe.

Pobre auto, él no tiene la culpa del mal humor.

—¿Podemos pasar a la farmacia? —pregunto, ya más calmada.

—¿Para qué?

—¡Para limpiarme la herida! ¿O quieres que siga manchando tu auto?

No lo piensa dos veces y da la vuelta a la derecha, de camino a la farmacia. Cuando llegamos, Salgo del auto y dejo a Will solo. Con Patata.

Desde aquí se siente su sufrimiento.

Puedo sentir su mirada lastimera, pero no le hago el menor caso. Me acerco al mostrador, compro la venda —y un chocolate— y salgo de ahí. Tan solo entrar al auto, Will me mira y pregunta:

El chico que me regaló la luna | OLD VERSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora