17. ¿Te arrepientes?

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Holaa! Les aviso que ya está disponible el primer capítulo de la nueva versión, por si quieren ir a leerla, ¡Cuéntenme qué versión les gustó más!

Heather.

Will toma mi mano para no perdernos entre un grupo de chicos que pasan sin mucho cuidado al baño.

Mentiría si dijera que no estoy nerviosa.

Acabo de terminar con Gabe hace menos de veinticuatro horas, y no creo estar lista para una relación seria. Pero no sé cómo decírselo a Will.

Es raro, porque hace un mes que nos hicimos amigos, y ya siento que puedo contarle cualquier pendejada que cruce por mi cabeza, antes de procesarla.

No sé, simplemente hace que todo sea más fácil.

Lo que pasa es que a ese hombre no le preocupa la dignidad.

—¡Oigan, aquí! —La mano de Lisa se agita en el aire, llamándonos.

Llegamos hasta donde ellos están, y la cara de Dean me confirma que se acerca un interrogatorio como si el mismo FBI estuviera presente.

—¡Willy! ¿Cómo estás? —Jala a Will del codo y lo sienta al lado de él.

—Pues...

—Olvídalo, sé la respuesta —Lo interrumpe—. ¿Por qué tardaron tanto? ¿Algo que nos quieran compartir?

—Dean, déjalo en paz, pobrecito —Trato de ayudar a Will.

—Sí, pobrecito, cómo no...—Rueda los ojos, pero aún está sonriendo.

Will me hace espacio junto a él, y cuando me siento, coloca ligeramente su mano izquierda en mi rodilla.

—Perdón por interrumpir —Lisa se sienta a mi lado y me mira. Ese tipo de miradas que te lanza tu mejor amiga cuando está ansiosa porque no la tienes actualizada con lo que pasa en tu vida—, pero NECESITO entrar en detalles. Heather, vámonos a mi casa. Necesito que me cuentes TODO. ¡Sin saltarte nada, ¿eh?!

Dean le está haciendo su interrogatorio a Will, así que no nos están prestando atención.

—Lis, mi vida no tiene nada de interesante. A menos que quieras que te cuente la trama del libro que estoy leyendo, en ese caso no te aburrirás jamás —Declaro.

—Ya sabes a lo que me refiero. ¿De qué tanto hablaban?

—Nada importante —me encojo de hombros—. Me pidió disculpas, le pedí disculpas, me disculpó, lo disculpé, me insinuó que quiere que sea su novia, le insinué que sí...

—¡Y DICES QUE NADA IMPORTANTE! —Chilla. Honestamente, no puedo decirle nada. Yo estoy peor cuando le pasa algo importante a ella—. ¡Will!

Mi futuro novio nos mira.

—¿Eh?

—¿No deberías, no sé, esperar al menos veinticuatro horas desde que Heather haya terminado con el idiota de Gabe para pedirle que sea tu novia?

—¡¿LE PEDISTE QUE SEA TU NOVIA?! —Dean asoma la cabeza por el hombro de Will.

Casi nunca me pongo roja, y son pocas las veces en las que me sonrojo, pero ahora mismo siento como si mi cara estuviera frente a una fogata y yo fuera un malvavisco.

—A ver, yo solamente le dije que estaba esperando a que termine con el imbécil para besarla, y que la única razón por la que no le he pedido...Ay, creo que sí lo hice—Me mira, asustado y preocupado a la vez—. ¿Lo hice?

Lo único que puedo hacer es estallar en carcajadas.

—¡No te rías! —Alega.

—¡Es que eres muy gracioso!

El chico que me regaló la luna | OLD VERSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora