No debieron hacerlo, nadie se detuvo a pensar en las consecuencias de unir a un ángel rebelde con el mismísimo diablo, él no quería ir al cielo con ella, pero ella anhelaba arder en las llamas del infierno junto a él...
Mi cabeza duele como si le estuvieran dando martillazos, escucho mi celular sonar a lo lejos, y abro los ojos poco a poco, me duele el estómago y me siento extraña, las arcadas no demoran en aparecer y corrí hacia la primera puerta que ví y gracias a Dios es un baño.
Después de vaciar mi estómago lavé mi rostro y observe mi cuello lleno de marcas de mordidas y chupetones, mi cabeza reprodujo las imágenes de la noche anterior con algunas lagunas, oh bueno, no recuerdo donde estoy ni como llegué aquí, tengo recuerdos de un hombre quitándome la ropa, pero no recuerdo su rostro con claridad, no hay nada.
Se que mi padre debe estar como loco y si está vez no me mata será un milagro, tomo un baño y me colocó la ropa que llevaba anoche lo más rápido posible, mi celular suena otra vez y me envuelvo el cabello en una coleta.
—¿Hola?— —¿Hola?, ¿Estas muerta?, Porque si no es así, pronto lo estarás, el señor Nikolae lleva horas esperando por ti en su empresa, joder, Nora Hastings, papá te va a matar— gritó.
Cuelgo la llamada y me dedico a buscar información en internet de ese tal Edmond Nikolae, todo lo que veo son chismes de romance de él y algunas modelos, actrices y personajes que nunca hubiese visto, no hay nada extraño sobre él en las noticias, pero sé que no es una blanca paloma.
Busco el chat de mi amiga y una sonrisa perversa se plasma en mi rostro, no romperé el compromiso, lo hará él.
"Necesito a mi maquillista personal urgentemente, crearemos una nueva Nora Hastings"
Sali de la habitación y baje al primer nivel donde esta el bar, camine a la salida y espere a Katie, una vez llegó subí a su auto y sonreí.
—¿Qué quieres que te haga?— sonrió con malicia.
—El maquillaje puede hacer lindo a alguien, también puede hacer lo contrario, crea una Nora que nadie pueda ver—
—Estas mal de la cabeza— aseguró.
Tomó sus cosas y empezó a hacer su trabajo dentro del auto, fuimos a una tienda donde compré un vestido largo de flores de color gris, unas cuatro tallas más que la mia, obtuve unos anteojos y me los coloque.
—Estoy lista, allá voy, Edmond Nikolae—rei con malicia.
Después de despedirme de Katie, tome un taxi hasta los edificios E&N donde se encuentra la empresa de los Nikolae, pasaron unos minutos y llegué a mi destino, pague por el servicio y entré en la empresa.
Nadie aquí me conoce, ni siquiera los más cercanos a mi padre y hoy siento felicidad por eso, subo al elevador y marco el número siete y espero pacientemente, las puertas se abren y entro al piso indicado.
Mi ceño se frunce al ver el puesto de la secretaria vacío, mi vista se dirige a la oficina que dice Presidente Edmond Nikolae, me alzó de hombros restándole importancia y camino hacia allá, toco la puerta dos veces y escucho a un hombre maldecir desde adentro.
Poco después la puerta se abre y aparece una mujer pelinegra frente a mi mostrando la mitad de sus pechos y bajando su falda para acomodarla, me mira con molestia y me quedo estática.
—¿Tienes una cita?—asentí con la cabeza y ella arqueo una ceja.
—Soy Nora Hastings— dije alzando la voz.
Una sonrisa burlona apareció en su rostro y se hizo a un lado dándome paso hacia la oficina, di unos cuantos pasos hacia adelante y me detuve a su lado.
—Deberias limpiar eso que está saliendo de tu boca—
Entre en la oficina y cerré la puerta, me quedé en mi lugar hasta que el hombre frente a mi levantó la mirada y escaneo mi cuerpo de pies a cabeza, su mirada es penetrante y su belleza es mucho mayor que en las páginas de internet.
—¿Tú eres Nora Hastings?— preguntó incrédulo, asentí con la cabeza y él se echó a reír.—¿En qué decada naciste?, ¿En los 40?, Maldición, a mí nadie me dijo que me tengo que casar con el patito feo de la familia Hastings—
Me quedé en silencio escuchando todas sus estúpidas burlas hasta que se puso de pie y volvió a sentarse peinando su cabello con frustración.
—¿Tan fea soy?— juro que estoy disfrutando esto.
—Bastante, no me veo compartiendo con alguien así, no habrá boda, yo no ando haciendo favores, consigue a alguien que te desvirgue porque con ese aspecto seguro aún lo eres, y dile a tu padre que rompí el compromiso—
—Si soy virgen o no, no es de su incumbencia, en cuanto al compromiso me hace un favor, créame, llame a mi padre y dele usted la noticia, si me permite me retiro—
Me gire sobre mi eje y sostuve la manilla de la puerta para abrirla.
—Ademas de fea también es arrogante, vaya cualidades, esperaré pacientemente a que venga su padre a suplicar que me case con usted, patito feo—
Asentí con la cabeza y salí de allí, posiblemente me den una paliza que dure unos días en coma, pero al menos me libre de este bastardo y no volveré a verlo nunca.
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