Capitulo 10

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Nora

El dolor punzante en mi cabeza se intensificó, me moví de un lado a otro y mi estómago se siente caliente, salí de la cama a toda prisa sin detenerme a observar mis alrededores.

Busque desesperada y al encontrar una puerta entre y me acerque al lavabo, lave mi rostro y mi cabeza empezó a golpearme con las imágenes de la noche anterior, enjuago mi boca y observo el enorme hoddie blanco que cubre mi cuerpo.

—Tienes que dejar de despertar en camas desconocidas, Nora Hastings—me regañe.

—Opino lo mismo—siseo.

Observe a Edmond entrar en la habitación con un traje negro perfectamente planchado, su cabello recogido hacia atrás y su rostro impecable.

El aroma a chocolate y café llegó a mis fosas nasales y mi estómago gruñó tan fuerte que agache la cabeza sintiendo vergüenza.

—Tengo asuntos importantes temprano, así que hablaremos cuando regrese, hay un hombre afuera si necesitas algo avísale, tu celular está en la mesa, ahí está el desayuno, come y descansa— ordenó.

—Debo regresar a casa, mi padre, tengo que regresar— supliqué.

—No irás allí sin mí, regresaré temprano, si el mundo se pone en tu contra, llámame y este psicópata vendrá a tu rescate— sonrió.

—Estas loco— dije.

—Todos lo estamos, solo que algunos si lo aceptamos— siseo.

Caminó hacia mi con esa sonrisa pervertida en sus labios, escaneo mi cuerpo y colocó su dedo en mi barbilla, levantó mi mentón y sus orbes brillaron con lujuria.

—Manten las piernas cerradas mientras no estoy— ordenó. Observo la revolución en mi cabeza y empezó a reír.— Y arregla eso— dijo.

—Es mi belleza natural, no te metas— me burle.

—Ya veo, adiós, Rame—

Salió de la habitación dejándome sola dentro de ella, me metí al baño y tome una ducha, no tengo más ropa que la que use noche, pero apesta a alcohol, me moví hasta su armario encontrando únicamente trajes que podrían costar más que todo el dinero que he contado en mi vida.

Por otro lado está su ropa interior, tome uno de los boxer Calvin Klein que aún tienen sello y me lo coloqué, no encontré nada más así que simplemente me quedé con una camisa blanca que llega a menos de la mitad de mis muslos.

Me senté en el comedor y devoré el desayuno mientras recorro el lugar con la mirada, es lo mismo de la otra vez, pastel con café y leche, algunos panqueques y frutas.

El timbre de mi celular me da un susto y me levanto de la silla, observe el nombre de mis amigos en llamada grupal asique no dude en tomarla.

—¿Hola?—

—Nora Hastings, ¿Estas loca?, Tenemos que hablar y no aceptamos un no como respuesta, en cinco minutos en la cafetería de siempre o toma el riesgo de que te busquemos—

Ellos colgaron sin darme tiempo a refutar, a lo mejor están enojados por abandonarlos anoche en el club.

Termine el desayuno y me dirigí a la puerta principal, no quiero saber porque estoy en una mansión y no en las habitaciones del club. Justo como dijo Edmond hay un hombre afuera, quien al notar mi presencia se puso de pie e hizo una reverencia.

—Buenos días señorita Hastings, soy Michael, estoy a su servicio el día de hoy— siseo.

Asentí con la cabeza y muerdo mi labio inferior con nerviosismo, tengo que salir de aquí, pero este hombre tiene pinta de que no me dejara ir sola.

Ángel Descarriado 🔞©|libro#1, Saga Eternal|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora