Capitulo 9

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Nora

El aroma del café recién hecho y del pastel del chocolate frente a mi, me hace morder mi labio inferior y boca empieza a salivar, odio a mi papá por echarme de casa sin darme tiempo a desayunar.

—Entonces, Princesa, finalmente vas a aceptar que te obsesionaste conmigo y ahora te voy a tener en mi oficina todos los días—siseo.

Levanté una ceja y Edmond sonrió ladino, esa maldita sonrisa, hombre, dame algo de tregua.

—Ya, despierte señor Edmond, mi padre me echo de casa y me exigió que no vuelva hasta que usted ponga una fecha para la boda—exclame.

Él guardo silencio y empujó el desayuno que hay encima de su escritorio hacia mi, tomó su tablet y empezó a deslizar la pantalla con sus dedos.

—Puedes comerlo, no suelo desayunar, además, tenemos que hablar—advirtio.

Su voz se escuchó neutra, no utilizo el tono que usa cuando me habla, ese tono sensual y provocador.

Asiento con la cabeza y tomo el desayuno sin protestar, su secretaria da vueltas fuera de la oficina como si quisiera escuchar algo o tal vez ver lo que está sucediendo.

—Hable Edmond, no me gustan los rodeos— bufé.

—Cristopher quiere una fecha para cerrar un trato que no eh firmado y no pienso firmar, no soy una buena persona, Nora, estás consciente de eso, no voy a mentir, ni voy a dibujarte rosas donde solo hay un infierno, no hago promesas estúpidas, y soy una mierda de persona, así que si aún sabiendo eso, quieres venir conmigo, mi mano derecha nos llevará a casa— dijo.

Su rostro muestra sinceridad y se que no está bromeando, no intenta enamorarme a base de mentiras y falsas promesas, por eso siempre me he juzgado a mi misma, porque no me gustan esas cosas, yo no quiero un hombre que me lleve a la luna con promesas falsas, todo lo que quiero es a alguien que baje al infierno conmigo.

—No soy un objeto de intercambio — advertí. —No quiero que le des nada a mi padre, él no merece obtener nada por mi— exclamé.

—Perfecto, siendo así, regresa a casa y dile que nos casaremos en dos semanas, pero que te vienes conmigo hoy— ordenó.

—¿Cuando dije que iría contigo?, Mira, no soy estupida, me llevarás a tu casa diciendo que nos vamos a casar, pasarán los meses y después dirás qué un papel no es necesario para estar unidos, no soy estupida, o nos casamos, o aquí no la metes, es sencillo —

—Otra cosa, las visitas a mi club, se terminan, tú y el alcohol, no son una buena combinación— se burló.

—Gracias a eso sigo virgen, permíteme decir—

—No por mucho tiempo— siseo.

Mis mejillas empezaron a arder y gire la mirada a otro lado, su sonrisa de egocéntrico siempre está presente cuando nota que me pongo nerviosa por sus palabras.

No sé explicar el porqué, pero su temperamento, la forma tan segura en la que me hable, toda su aura me intriga y eso me gusta, me gusta sentirme intocable a su lado.

¿Qué importa que sea el diablo, si todos sus demonios van a cuidar de mi?.

—Entonces deberíamos...— la puerta detrás de mi se abre y Edmond tenso el cuerpo, gire el rostro y me encontré con una mujer delgada de cabello largo y lacio sonriendo hacia él.

Turno la mirada entre ella y él, Edmond se ve bastante incómodo y no me toma más de cinco segundos recordar donde la vi.

Ella es Eva, una modelo ucraniana de unos 27 años, Edmond a aparecido tomado de la mano con ella en la portada de varias revistas famosas, la farándula le piden a ambos que confirmen su relación, pero ninguno ha dicho nada al respecto.

Ángel Descarriado 🔞©|libro#1, Saga Eternal|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora