𝗖𝗛𝗔𝗣𝗜𝗧𝗥𝗘 Ⅲ

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- Levantate, MinHo!

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- Levantate, MinHo!

- Ya voy, dios, ya ni mi mamá. - El mayor frunció el ceño mientras se quitaba las cómodas sábanas.

Después de que Jeongin le contara todo y le pasará los apuntes decidieron que era una grandiosa idea que el menor se quedará, RyuMi no tuvo problemas con eso ya que conocía bien al alfa, pero ahora el mismo estaba batallando para hacer que su mayor se levantará.

- Te espero abajo. - Dijo una vez miro que su amigo ya no estaba planeando volver a dormir.

Normalmente el Alfa solía olvidar ropa cuando iba a la casa del Mayor, y lo mismo le pasaba a MinHo, solía dejar ropa en la casa de su amigo, lo cual agradeció en ese caso, aunque solo se cambió el suéter, poniéndose uno que era totalmente negro sin estampado alguno, lo cual le gustaba.

Bajo las escaleras y se encontró con RyuMi la madre de MinHo, una Omega realmente hermosa y valiente, supo cuando fue el momento de dejar al Alfa que alguna vez fue su pareja, porque desgraciadamente fue engañada y dejada con un lazo roto. Lejos de lo que todos creían ella no dejo que su Omega deprimido le ganará y salió adelante sola con un hijo.

Cuando su amigo le contó eso solo sintió repulsión, no entendía como había Alfas así, que solo jugaban con Omegas, aveces se sentía avergonzado de su Jerarquía por eso, pero debía aceptar lo que era, aunque más de una vez deseo ser un beta, no toleraba lo imbecil que llegaba a ser aveces por su instinto, pero aprendió a controlarlo y al día de hoy mantenía un control absoluto sobre su lobo, podía olfatear a un Omega en celo y resistirse, lo cual ya a pasado, dos veces y ambas a llevado a los Omegas a lugares seguros.

- Jeongin, ¿Y MinHo? ¿No piensa desayunar? - La dulce voz de la Omega lo hizo volver al presente. Iba a responder pero alguien se adelantó.

- El desayuno es lo más importante del día, no puedo irme sin él. - MinHo sonrió mientras se dirigía a la cocina, haciendo reír a su madre.

- ¿Estás seguro que no eres Alfa? Siempre piensas en comida. - Burlo el menor mientras seguía a los Lee a la cocina.

- Uhm, no sé, tal vez, lo sabre luego. - Encogió los hombros, restándole importancia mientras se sentaba en la mesa, donde su madre ya tenía servidos los vasos con jugo de naranja y algunos pancakes.

Algo curioso sobre MinHo es que aún no se presentaba, tenía veinte años y aún no se sabía su Jerarquía, aunque su madre decía que era algo normal en su familia, que incluso ella no se presentó hasta los diecinueve, cuando la edad en la que llega tu primer celo es entre los trece o catorce.

- Coman, o llegarán tarde. - Sonrió la Omega mientras se sentaba y empezaba a comer junto a su hijo y el Alfa.

El ambiente en la casa Lee era lindo, bastante hogareño y transmitía calma, algo que era difícil de transmitir, más aún conociendo el transfondo de la familia, simplemente le gustaba estar allí.

𝗧𝗪𝗢 𝗔𝗟𝗣𝗛𝗔𝗦 ┊ JeongLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora