𝗖𝗛𝗔𝗣𝗜𝗧𝗥𝗘 Ⅴ

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El resto de la tarde el Alfa y la Zeta estuvieron haciendo las galletas, hasta que llego la madre de Felix, Lee JiYu

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El resto de la tarde el Alfa y la Zeta estuvieron haciendo las galletas, hasta que llego la madre de Felix, Lee JiYu.

Quienes conocían a la Alfa sabían que era de gran elegancia, siempre usando trajes a la medida y cabello recogido, aveces suelto, siempre con expresión seria y rara vez la mirabas sin hacer algo, siempre ocupada con nuevos modelos o la ropa de temporada, ni siquiera Felix que vivía con ella la podía ver sentada sin hacer nada, siempre al teléfono o haciendo nuevos diseños, olvidándose por completo de que tenía un hijo.

Las pocas veces que se acordaba del Alfa menor era en las fechas de exámenes, entrega de notas y por supuesto, entrega de reconocimientos, ni siquiera en navidad o año nuevo, puesto que en esas fechas tenía fiestas para celebrar con sus empleados, donde obviamente, su hijo no podía ir.

Ahora que Felix creyó que su madre por fin le daría atención, solo fue para presentarle Omegas y hablar de matrimonio, cosa que, obviamente, no le interesaba.

Pero allí estaban, sentados en la mesa de mármol donde había unas galletas de chocolate al centro de la mesa, el menor no negaría que sentía alegría al por fin, ver la mesa de su madre ocupada y sin que estuviera al teléfono.

MinAh tomó una galleta. — Deberían probarlas, sobre todo tú, JiYu. — Miro a su hija y probó la galleta, disfrutando de su sabor.

— Claro. — Imitó la acción de la Zeta y después miro al menor. — Felix, los exámenes empiezan pronto, ¿No deberías estar estudiando? — Hablo, rompiendo la ilusión de una buena merienda en familia.

— Lo siento, madre. — Agachó la mirada viendo sus manos, empezó a jugar con ellas.

— JiYu, este no es el momento.

— Madre, él tiene que estudiar, ¿Si no como conseguirá un buen trabajo? — Miro a la mayor, la cual estaba lista para hablar pero el rubio le ganó.

— Tienes razón madre, iré a estudiar. — Sin decir nada más se levantó de la mesa y fue directo a su habitación.

Cerro la puerta y se metió a la pequeña habitación de estudios que tenía. Solo esas paredes fueron testigo de las lágrimas que salían de sus ojos mientras pasaba las páginas de los libros.

 Solo esas paredes fueron testigo de las lágrimas que salían de sus ojos mientras pasaba las páginas de los libros

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𝗧𝗪𝗢 𝗔𝗟𝗣𝗛𝗔𝗦 ┊ JeongLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora