Volumen 2 - parte 2

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Parte 1

Tras la exposición del problema de Sudou por parte de Chabashira-sensei, se desató el caos en la clase. Durante el almuerzo, mi intención era desvanecerme, pero por alguna extraña razón, terminé enredado con los mismos personajes de siempre del grupo de estudio.

Así que aquí estoy, plantado en una mesa de la cafetería, rodeado de conversaciones y risas.

Horikita: Parece que te metes en problemas una y otra vez, Sudou-kun.

Chisato: ¡Ya basta de regañarlo! ¡Tenemos que ayudarlo!

Ah, y ahí está. La razón de mi presencia, diciendo eso con su brazo levantado.

La chica de cabello rubio con ese listón rojo en la cabeza, a un par de asientos de distancia, fue quien me arrastró hasta este problema.

Por un lado, me resulta agotador ser catapultado a estos enredos. Pero, por otro lado, sigo con esa extraña satisfacción, el sabor dulce de ser considerado, aunque sea por alguien.

Kushida: Sí. Como sus amigos, debemos ayudar a Sudou-kun.

Ike: Bueno, supongo que no tenemos opción. Como tus amigos, te ayudaremos, Sudou.

A pesar de que Ike parecía reacio a ayudar a Sudou en un principio, ahora su actitud ha dado un giro de 180 grados. Probablemente es el efecto de las dos chicas más populares de la clase, Chisato y Kushida, insistiendo en ayudar.

Horikita: Pueden ayudarlo, pero no me involucren. No tengo intenciones de meterme en esto. Ahora, la Clase D perderá todos sus puntos de nuevo, todo por tu culpa.

Sudou: Espera. Puede que tengas razón en parte, pero la culpa es de la Clase C. ¡Ellos comenzaron!

Horikita: Deja de pensar en quien inició la pelea. Es irrelevante. Es absurdo. Eres demasiado infantil.

Horikita recogió su bandeja de comida, y sin siquiera dignarse a mirarnos, se alejó. El sonido de su silla raspando el suelo resonó en mis oídos con un eco de desdén.

Sudou: ¡¿Qué diablos le pasa?!

Sudou descargó su frustración en la mesa de la cafetería, provocando un terremoto en miniatura que casi logró convertir mi malteada en un tsunami de chocolate.

Ike: Supongo que nos toca a nosotros. ¡Te ayudaremos, Sudou!

Sudou: Sabía que entenderías. Confío en ustedes, Yamauchi, e incluso tú, castaño.

Así que soy el segundo después de Yamauchi, y encima ni me llamó por mi nombre. Bueno, algo es algo. Tampoco es que me sorprenda.

Chisato: ¡Yo también te ayudaré! ¡También Takina y Kiyo!

Ayanokouji: Espera, no me arrastres a esto. Sabes que soy un inútil que no puede aportar nada.

Me arrastré por el fango de la autodepreciación, esperando que me permitiera escapar de esta nube de tormentas.

Sudou: Vamos, no seas tan negativo. Dile algo, ¿Ike?

Ike: No te menosprecies así, Ayanokouji. Eres valioso, podrías ayudar en... emm...

La voz de Ike se desvaneció en el aire; parece que no pudo encontrar ninguna virtud en mi ser.

Mis intentos de autodesprecio para evitar el problema solo sirvieron para herir mis sentimientos otra vez.

Pero, al menos, en el lado brillante, si soy inútil, no podré ser de mucha ayuda, por lo que no tendré que hacer nada. En respuesta a eso, miré a Chisato con satisfacción.

Chisato y Takina en Classroom of the EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora