Volumen 2 - parte 4

213 26 12
                                    

Parte 1

Un nuevo día había llegado. El calor era una especie de tirano invisible, sofocante, insoportable. Pero el alivio era previsible; solo necesitaba llegar al edificio escolar. En su interior, el aire acondicionado y la ventilación me ofrecían un refugio climatizado.

Crucé el umbral de la puerta, y una brisa fría comenzó a borrar los vestigios del calor en mi piel. Casi podía sentir cómo se desvanecían las gotas de sudor. Un momento de paz.

Sin dilaciones, me adentré en el aula, trazando un camino directo hacia mi asiento.

Hirata: Buenos días, Ayanokouji-kun.

Era Hirata, su aura de frescura y simpatía era similar un faro en medio de un mar de aburrimiento. Saludó con esa gracia que parecía inherente a él.

Hirata: Kushida me comentó ayer, que han encontrado al testigo.

Su mirada siguió un recorrido hasta el asiento de Sakura. Un espacio vacío, al igual que la mayoría de los asientos en el aula a esta hora. La clase aún no estaba completa.

Ayanokouji: ¿Vas a hablar con ella para persuadirla de testificar en favor de Sudou?

Hirata: ¿Eh? No, simplemente voy a saludarla. Siempre está sola. Por ahora, esperaré más información sobre si Sakura-san en realidad es el testigo.

Ayanokouji: Entiendo. Pero, ¿por qué me cuentas todo esto?

Hirata: No hay una razón específica. Solo pensé que podrías informar a Horikita-san que, por el momento, no haré ningún movimiento.

Así que eso era. Dado que yo era el único que hablaba con Horikita, supuso que sería más fácil para mí transmitir este tipo de noticias. ¿Era esa mi única contribución, ser el mensajero de Horikita?

Hirata: A propósito. ¿Te gustaría ir a una cita conmigo alguna vez?

Oye, oye. ¿Acaso no te basta con que todas las chicas quieran contigo y ahora buscas que mi corazón sea tuyo también?

Ayanokouji: Está bien, iré.

Hirata: Me alegra oírlo. ¿Te importaría si mi novia también viene?

Ayanokouji: ¿Karuizawa-san? Supongo que no hay problema.

Mi respuesta fue sorprendentemente rápida. Después de todo, ¿qué mal había en ello? ¿No era eso lo que las personas normales hacían?

Hirata: En ese caso, ¿podríamos quedar el sábado? Sería el fin de semana, después de las 6 de la tarde. ¿Te parece bien?

Internamente suspiré. Por desgracia, ya había compromisos esperándome ese día.

Ayanokouji: Lamento decir que no. El sábado ya tengo algo que hacer a esa hora.

Hirata: ¿Es que acaso, Ayanokouji-kun, tienes una cita con alguna chica ese día?

Su tono indicaba que bromeaba, pero la irónica verdad es que no estaba totalmente desencaminado.

Ayanokouji: Sí, es correcto.

Hirata: ¿Eh? ¿De verdad?

Ayanokouji: Sí. Chisato me invitó a su dormitorio.

Detecté el potencial malentendido en mis palabras casi al instante, y la expresión de sorpresa de Hirata me confirmó que había metido la pata.

Rápido como un rayo, traté de enmendar mi descuido verbal.

Ayanokouji: Solo para jugar videojuegos, creo.

¿Eso es todo, no? Tampoco es como si fuéramos a hacer algo más, ¿verdad? Solo será como "una tarde de juegos entre amigos".

Chisato y Takina en Classroom of the EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora