Volumen 2 - parte 6

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Parte 1

Las clases finalizaron, y los estudiantes comenzaron a dispersarse, cada uno sumergido en sus propias ocupaciones.

En medio de la multitud de rostros, me costó un momento divisar a la persona que había estado buscando. Por un momento creí que me habían dejado plantado, pero la preocupación se desvaneció cuando finalmente logré avistar la figura que tanto esperaba.

Era como si su belleza la hiciera destacar entre la multitud, aunque no podía precisar qué exactamente la hacía resaltar. De cualquier forma, era hora de que me acercara.

Dando unos pasos hacia adelante, me planté frente a la persona que había estado buscando, quien no era otra más que Ichinose.

Ichinose: ¡Hola, Ayanokouji-kun!

Ayanokouji: Hola. Bien, ¿qué necesitas que haga?

Aun sin entender del todo por qué me pidió que la encontrara después de la escuela, mi curiosidad era evidente y ansiaba conocer su motivo.

Ichinose: Será breve. Sígueme.

Siguiendo sus indicaciones, caminé a su lado, recorriendo el edificio hasta llegar al gimnasio.

El gimnasio, un lugar cargado de emociones y donde a menudo se destapan sentimientos ocultos. Es decir, un lugar donde las personas se confiesan a otras.

Ichinose: Te traje aquí porque... Bueno, es que... creo que eres alguien lindo y...

No, no puede ser. No hay forma de que esto sea lo que estoy pensando.

Pero entonces, ¿por qué me trajo aquí? ¿Por qué se detuvo repentinamente antes de terminar su frase para tomar aire?

¿Será posible? ¿Ichinose está a punto de confesarme sus sentimientos?

Ichinose: Creo que alguien se me confesará aquí.

No estoy seguro de si debería sentir alivio o decepción al entender que Ichinose nunca tuvo la intención de confesarme sus propios sentimientos.

Ichinose: Quizás esto ya te haya sucedido antes, por eso te lo digo a ti.

Ayanokouji: ¿Eh? No, nunca me ha sucedido. Como mencioné esta mañana.

Por lo menos, me considera lindo. Tal vez asumió que, por mi apariencia, debería saber cómo enfrentar una confesión amorosa. Algo erróneo. La mera idea de que una chica se me declare es tan probable como ser golpeado por un meteorito mientras duermo.

Ichinose: ¿Es así? Pero bueno, aun así, necesito tu ayuda...

Extendiendo su mano, Ichinose sacó una tarjeta de un delicado tono rosa con una caligrafía asombrosa. Inmediatamente deduje que debía ser de una chica.

Sin embargo, algo me inquietó. La tarjeta tenía la hora, el día y el lugar escritos: hoy a las cuatro de la tarde, justo aquí. Tan solo quedaban diez minutos para su confesión.

Ayanokouji: Quizás sería mejor que me retirara.

Ichinose: No, espera. El tema del amor es bastante desconocido para mí. No tengo idea de cómo enfrentarlo. ¿Podrías ayudarme, por favor?

Ayanokouji: No creo que sea la persona indicada para eso.

Además, empiezo a intuir cuál es tu plan, y sinceramente, no creo que sea la solución adecuada.

Ichinose: Por favor. Es simple... solo necesitas hacer de cuenta que eres mi novio.

Mis sospechas se confirmaron. Esto está volviéndose un cliché.

Chisato y Takina en Classroom of the EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora