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Rin ha corrido por el bosque, pero detuvo sus pasos un momento, miró hacia atrás, exactamente por la dirección por dónde había dejado a Himeko, la mujer a la cual consideraba su hermana mayor.
El pecho de Rin comenzó a doler al no poder hacer nada para ayudarla con aquellos lobos, pues solo era una humana y una pequeña niña.
—¿Cómo dice, amo bonito? —preguntó una voz que se acercaba a ella, la cual no dudó en ocultarse.
Se ocultó entre unos arbustos, esperó a que la voz que escuchó apareciera y rezó a que no notara su presencia, pues Rin pensaba que se trataba de nuevo de aquel hombre llamado Koga. No obstante, cuando ha podido ver la cabellera plateada y los ojos dorados de Sesshomaru, salió de su escondite y lo miró fijamente con esperanza.
—Eres tú —dijo Sesshomaru.
Rin, sin siquiera pensarlo, se ha abalanzado sobre él al ver que Sesshomaru la reconocía.
—¡¿Cómo te atreves de tocar al amo bonito?! —exclamó Jaken, un pequeño demonio de apariencia de una rana—. ¡Eres una humana!
—Jaken —dijo su nombre con un tono serio que ocasionó que Jaken se acobardara—, silencio.
—Sí, amo bonito...
Rin sostuvo parte de la ropa de Sesshomaru mientras le indicaba desesperadamente por donde ir. Sesshomaru la miró fijamente, sin expresión alguna y movido por la curiosidad comenzó a seguirle el paso.
De todas formas, él y Jaken se dirigían al lugar que indicaba Rin, ya que en dicho lugar olía demasiado a sangre.
Los tres han caminado hasta llegar al lugar que indicaba la niña, fue entonces que se encontraron que algunos lobos seguían devorando parte de la carne de la muchacha que los había enfrentado con el propósito de proteger a Rin.
El cuerpo de la pequeña niña cayó al suelo al ver que no logró salvar a su hermana mayor y los lobos al verlos tenían las intenciones de atacarlos, pero Sesshomaru con una simple mirada hizo que estos comenzaran a huir.
—Como se esperaba del amo bonito. Con una sola mirada hizo que ellos huyeran —dijo Jaken orgulloso mientras se acercaba a la mujer que yacía en el suelo—. Esta humana fue devorada por esos lobos, pero no se fue con las manos vacías —añadió al ver a varios lobos muertos a su alrededor.
—Muévete, Jaken.
—¿Qué piensa hacer? —preguntó el pequeño demonio al ver que su amo se acercaba a la humana ya muerta.
Sesshomaru se quedó un momento viéndola y se preguntó la razón por la que le dolía el pecho al verla de esa forma. Algo en él gritaba por ella y él no sabía la razón.
«Puedo verlos» —pensó al ver a algunos esbirros del infierno que habían ido a recoger el alma de la humana.
Sesshomaru ha sostenido su espada «Colmillo Sagrado» y cortó a los esbirros a la mitad para impedir que se llevaran el alma de la mujer. Jaken y Rin se quedaron mirándolo fijamente y se sorprendieron bastante al ver que la mujer que antes estaba muerta comenzaba a volver a la vida.
—¿Dónde...? —susurró la mujer mientras miraba fijamente a Sesshomaru, sintiendo de esa forma una gran calma.
Sesshomaru sintió una gran necesidad de tenerla en sus brazos y de protegerla. Aquello le resultó completamente extraño debido a que nunca antes había sentido aquello y menos hacia una humana.
«¿Qué es lo que está sucediendo?» —pensó Sesshomaru mientras miraba como la mujer era abrazada por Rin.
Sesshomaru se sentía extraño, por lo que decidió que era mejor irse. Himeko y Rin se miraron entre sí un momento para luego comenzar a seguir los pasos del demonio mientras dejaban a Jaken atrás hablando solo.
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