Ella esperaba, arropada con su abrigo rojo y protegiéndose de la lluvia con un paraguas. En su bolso llevaba la ropa necesaria para un par de días, y lo abrazaba contra sí, para evitar que se mojara.
El parque de santa Ana estaba desierto a causa de la lluvia, pero ella seguía esperando, sin importarle el frío y la humedad.A lo lejos, vio cómo el hombre de negro se acercaba a ella bajo la lluvia, sin nada para taparse, y corrió hacia él para cubrirle con el paraguas.
Severus sonrió agradecido, y se apartó el pelo mojado de la cara, con un gesto que a Rose le gustó mucho.–Espero no haberte hecho esperar –se disculpó.
–No te preocupes, acabo de llegar –sonrió Rose–. ¿Nos vamos?
Él asintió, y caminó junto a ella para salir del parque. Una vez en la calle, Rose se dirigió sin vacilar hacia un brillante coche rojo y lo abrió con un mando a distancia.
–Vamos, sube –le dijo a Severus, sonriendo ante su estupor, y dio la vuelta para entrar por la otra puerta.
–¿Y esto? –preguntó él, cuando ambos estuvieron dentro del coche.
–Siempre quise tener uno –explicó Rose con una sonrisa–, así que me di un capricho con el dinero de mi padre.
–No sabía que te gustasen estas cosas muggles.
–¿Bromeas? Me encantan –Rose encendió la calefacción y la radio–. Lo primero que hice al salir de Hogwarts fue sacarme el permiso de conducir.
–Me parece increíble –Severus miraba a su alrededor, asombrado y Rose rio al ver su expresión–. Aunque es muy poco discreto. Si alguien quisiera seguirte, lo tendría muy fácil –observó.
–Puedo cambiar su aspecto con un hechizo. Ponte el cinturón –le recordó.
–¿El qué?
–El cinturón de seguridad. Es la cinta negra que tienes ahí al lado –Rose tuvo que ayudarle a ponérselo entes de arrancar el coche.
–¿Dónde vamos? –Severus se agarró inconscientemente al apoyabrazos.
–A Benson Hill.
***
El coche avanzaba a través de la carretera desierta, aún mojada tras la tormenta. La música sonaba suavemente a través de los altavoces.
–Creo que Benson Hill te gustará; tuve que reformarla de arriba abajo, pero ahora es una casa preciosa –comentó Rose, mientras conducía.
–Pensaba que vivías en Londres.
–Me compré un piso allí, para estar más cerca del trabajo, pero Benson Hill ha sido la casa de mi familia desde hace siglos, y yo la heredé de mi padre –explicó Rose–. Es muy útil, porque está alejada del resto del mundo, y la protegen centenares de hechizos y escudos, puestos por cada generación. Vengo aquí siempre que quiero estar a solas.
–¿Y tú qué le has añadido? –preguntó Severus, curioso.
–No te lo puedo decir –ella le guiñó un ojo–. Sólo puedes saber que no se puede acercar a Benson Hill ningún mago, squib o muggle, a menos que vaya dentro de este coche, que por supuesto, debo conducir yo misma –explicó–. Y ni se te ocurra intentar utilizar los polvos flu o la aparición, porque tampoco funcionan.
–Asombroso –admitió Severus.
–¿A que sí? –sonrió ella–. Pero tiene una pega: cuando yo muera, los hechizos que puse desaparecerán. Nunca logré saber cómo hacían mis antepasados para que sus escudos siguiesen en pie tras su muerte.
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La serpiente y el león (Severus x OC)
FanficDe trabajar como mortífago a ser la mano derecha de Albus Dumbledore. ¿Qué sucesos llevaron al joven Severus Snape a tomar ese camino? (Esta historia fue escrita antes de la publicación de Las Reliquias de la Muerte, y fue publicada originalmente en...