CAPITULO 2

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— Tía, pensaba que habría más gente — dije viendo que como mucho habrían 10 personas en la cola.

— Ya sis pero mejor así, ¿ practicamos el guion ? — me pregunto mientras nos poníamos en la cola.
Desde pequeñas Wiss y yo soñamos con ser actrices y hace tiempo que cumplimos nuestro sueño pero por separado, nos hacía mucha ilusión hacer algún proyecto juntas.

— Salam waleykum — nos dijo una voz desconocida.

— Waleykum salam — respondimos yo y mi amiga al uniso.

— Venia a preguntaros si podía practicar mis líneas con vosotras, es que, vengo sola y me ayudaría mucho.

— Ayy claro que si amor. — le dije yo.

— Si tía, claro. — le confirma mi amiga.

Estuvimos practicando y hablando con ella hasta que llegó nuestro turno. La chica se llamaba Fatima, tenía nuestra edad y era de Mali, como yo. Me transmitía confianza y, por lo que veía, a Wiss también.

A mi, a Wiss y a Fati nos fue aparentemente bien en el casting, si mañana nos llamaban quedaríamos como 3 de las 5 protagonistas de esta serie.

— Chicas que yo creo que si quedamos, in shaa Allah — dije emocionada.

— In shaa Allah — habló Wiss entusiasmada.

— Oye... ¿ veis a esa chica de ahí ? — preguntó Fati mientras señalaba a una chica sentada junto a la entrada del lugar donde se hicieron los castings con cara de angustia. — ¿ Deberíamos acercarnos a preguntarle si está bien ?

La chica era preciosa, tenía ojos verdes y una cara perfilada, usaba un hijab verde y eso resaltaba mucho más sus ojos.

— Si — Dije comenzando a andar hacia la chica mientras ellas me seguían.

—Salam waleykum bombón — hable cuando estuve delante de la chica — ¿ cómo te llamas ?

— Waleykum salam — respondió fingiendo una sonrisa — yo Salwa, ¿ vosotras ?

— Yo soy Mariam, ella es Wissal y ella Fatima — hable señalando a mis, ahora, dos amigas.

— Te hemos visto y nos ha dado la impresión de que estabas, ¿ angustiada ? — dijo Wiss

— Si, bueno un poco. Lo que pasa es que no se si me ha salido muy bien el casting. Llevo 2 años estudiando teatro y siento que no lo he hecho del todo bien.

— Ayy no digas eso. Ya lo verás mañana y si, de todas maneras, no te cogen siempre puedes volver a intentarlo. — intentó consolarla Fati.

— Claro que si amor, mira, nosotras íbamos a esa cafetería de allí — dije señalando el pequeño local que quedaba al final de la calle — ¿ te quieres venir ?

— Sii, vente — le dijo Wiss.

— Jo muchas gracias, barakallahu feek chicas.

TODO LO QUE QUIERO ES UN MAKTUBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora