Capítulo 17

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Cuando Chantal Crawford despertó, se dio cuenta de que aquellos chicos que tanta ira le producían se habían escapado.

Girando su cuerpo con pesadez, se percató de cómo su hermana se encontraba inconsciente en el suelo, entonces, su ya creciente ira no hizo más que aumentar.

Estaba fuera de sí, ya no podía pensar con claridad, y al levantarse y lograr salir del comedor, y percatarse de que todo estaba en llamas, lo único que le pasó por la mente es que, si ellas iban a morir, entonces iba a encargarse personalmente de que aquellos mocosos se fuesen junto a ellas al mismísimo infierno.

Así que, tomando un cuchillo del mostrador, salió del comedor, dejando a su hermana atrás, y comenzó a correr hacia la sala principal del internado, dispuesta a acabar con aquellos chicos, mientras que un alarido escapaba de su garganta.

Entonces los vio, estaban a mitad del vestíbulo, tan solo los separaban algunos metros de la salida, pero los muy idiotas estaban intentando sacar a la menor de los gemelos de debajo de una viga de madera.

Una sonrisa retorcida apareció en su rostro al verlos, a lo que, apurando el paso, alzó la mano que tenía el cuchillo y se aproximó a ellos, dando un salto hacia el más cercano de los chicos.

Logan, siendo tomado por sorpresa, únicamente pudo sentir el frío del metal rasgar su costado, a la vez que los demás veían la escena con una mezcla de sorpresa y horror.

— ¡Logan! –exclamó Marshall al ver aquello.

Megan se tapó la boca con u nudo en la garganta, y mientras y el resto intentaban reaccionar, el muchacho, con manos temblorosas, se sujetó el costado, de donde la sangre tibia empezaba a manar con fluidez.

Dylan se apuró en ayudar a Logan, empujando a la mujer y sacándola de encima de su amigo, al igual que Marshall, quien corrió a ayudar a Logan por igual.

Damián, con ayuda de Sean, seguía halando con fuerza, logrando levantar la viga apenas lo suficiente como para que Megan pudiera arrastrar a Brenda hasta sacarla de ahí.

Brenda soltó un alarido desgarrador.

Una vez que la muchacha estuvo fuera de la presión del trozo de escombro, Megan se arrodilló a su lado, mientras rasgaba un trozo de su falda y le hacía un torniquete en la pierna, lo suficientemente fuerte como para frenar la hemorragia, al menos, en gran medida.

Damian corrió al lado de su hermana.

— ¡Brenda! ¡Brenda! ¡¿Estás bien?!

Ella gimoteó llorosa, sin embargo, asintió con la cabeza repetidas veces.

El muchacho suspiró aliviado, miró a Megan y la muchacha asintió en una respuesta silenciosa, a lo que él se levantó y se dirigió a donde estaban los chicos.

Sean, por su parte, notando como el fuego era cada vez más intenso, corrió hasta uno de los pasillos cercanos, y regresando con un extintor de incendios. Si al menos no hacían algo por retrasar las llamas, entonces acabarían calcinados.

Megan observaba toda aquella situación tan surrealista, no entendía en qué momento las cosas se habían ido al diablo, cómo un par de mujeres tan desquiciadas habían conseguido asesinar a tantas personas, cómo parte de sus amigos había muerto, cómo habían llegado al punto en el que se hallaban en un edificio con siglos de antigüedad en medio de las llamas voraces de aquel incendio que lo estaba consumiendo todo.

Ahora, Dylan se encontraba arrastrando a Logan hacia donde ella y Brenda se hallaban, mientras que Marshall y Damián trataban de lidiar con aquella mujer que en algún momento había sido su profesora y Sean mataba las llamas que se encontraban cerca de ellos, tratando de crear u pequeño espacio seguro en lo que salían de ahí.

Bienvenidos al internado HavistockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora