We Are Falling In Love - KimChay

Estar enamorado

Los días de clases solían ser aburridos, con dolores de cabeza que no se quitaban ni con cinco pastillas. A Kim siempre se le encontraba en la sala de música, con una guitarra sobre las piernas y su garganta cantando una melodía desconocida.

Hasta aquel día Kim nunca se puso a pensar en si alguna vez había estado enamorado, por lo menos solo un poco. No recordaba con certeza, solo una que otra persona que le atrajo físicamente sin embargo jamás se puso a pensar en si alguien le había llegado a gustar realmente, es decir, si había llegado a amar; ni siquiera sabía qué era eso.

Un día Kim paseaba por los pasillos de la universidad, estaba realmente cansado pero ya faltaba solo una clase para que pudiera irse a su departamento, donde por lo menos había silencio y solo su compañía. Kim siempre estaba solo, aquello no le molestaba, sin embargo a veces anhelaba que alguien estuviera con él, por lo menos que le hiciera una platica no absurda como lo suelen hacer las demás personas que llegan a cruzar palabra con él.

—¡Kim! —Un chico gritó su nombre, obligándolo a voltear a verlo, era uno de sus pocos amigos— Hasta que te apareces —La mano de aquel chico palmeó unas cuantas veces la espalda de Kim.

—Mhm, sí. —Contestó sin interés en la plática.

—Últimamente no vienes por aquí, ¿es acaso que estás enamorado? —La pregunta de su supuesto amigo lo paralizó. Su corazón por alguna extraña razón también se detuvo y su mente comenzó a lanzarle imágenes de aquel chico al que había estado dando clases las últimas semanas. ¿Por qué si sabía la respuesta no podía contestar?

—Yo... —Su rostro dudaba pero sus labios se movían inconscientemente—, no, ¿por qué lo dices?

—Has estado faltando muchas veces a clases y las pocas veces que te he visto es con ese chico de secundaria. —Porchay, era el nombre del chico al que había estado dando clases de guitarra— Cualquiera podría pensar que te gusta.

—No lo creo.

Pero no en realidad no lo sabía, ni siquiera sabía lo que sentía. Cada que estaba con Porchay su corazón se llenaba de felicidad sin explicación alguna, solo se sentía emocionado, con una calidez que le hacía sentir vivo, extraño, Kim siempre tenía frío, ¿cómo podía funcionar eso?

Kim comenzaba a olvidarse de que el frío contiene calor, el calor que mantiene el frío ahí, pero cálido.

Kim amaba a Porchay y se comenzaba a dar cuenta de eso. Que cada que lo miraba la felicidad inundaba sus labios hasta formar una sonrisa; su cálida voz que no paraba de hablar con torpeza, su olor particular, aquella personalidad introvertida, la curiosidad que lo mataba por saber cómo se sentía abrazarlo. Aquella cosa que simplemente no lo dejaba dormir por las noches sin antes pensarlo y aun durmiendo lo encontraba en sus sueños.

—Entonces qué, Kim. ¿Estás enamorado o qué? —Su amigo rió, en broma, sabiendo que Kim moriría antes de enamorarse.

—Tal vez.

Tal vez porque no sabía que era estar enamorado, pero si estar enamorado era sentir aquella calidez y paz mental que sentía estando con Porchay, definitivamente estaba enamorado.