El Pálido y el Valeroso

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Maegor estaba maldito

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Maegor estaba maldito. Había matado a su sobrino, luchado contra la Fe y Septón Supremo, desafiado a los dioses y cometido asesinato, incesto, adulterio y violación. Tenía las partes emponzoñadas, la semilla infestada de gusanos, y los dioses nunca le concederían un hijo vivo... o eso creía Poniente. A orillas de la bahía de los Naufragios, lord Rogar Baratheon proclamó a la princesa Viserra Targaryen reina auténtica y legítima de los ándalos, los hoynar y los primeros hombres, y la princesa nombró a lord Rogar Protector del Reino y Mano del Rey. La única compañía que tenía la ahora reina, era su amada hija, la princesa Aerea.

Se dice que Viserra bajó del barco con una bebé en brazos, dos sacos y Hermana Oscura. Era apenas dos años menor que su hermano cuando reclamó el trono. Los lores no tuvieron objeción, cualquier cosa con tal de terminar con la tiranía de Maegor, aquel que pasó a ser conocido como Maegor el Cruel. Era tan atractiva como se le recordaba, hábil con el arco y flecha, y muy buen jinete. Montaba una enorme bestia nacida del oro, con escamas difíciles de penetrar. Con el dragón llegaron los otros cuando se proclamó, Vermithor y Ala de Plata.

Cuando en Desembarco del Rey se tuvo noticia de que Viserra estaba concentrando sus fuerzas en Bastión de Tormentas, Rhaena Targaryen abandonó a su tío y esposo forzoso, montó en Fuegosueño y voló a su encuentro. Se llevó a Fuegoscuro, tras robársela al rey de la vaina mientras dormía. La reina abrazó con efusividad y vio el terror se reflejado en los ojos de la princesa. Los de la nueva reina se ensombreció. Volaron juntas hasta Roca Dragón, mientras Maegor montó en Balerion al encuentro de su hermana.

Al llegar, los dragones subieron a Monte Dragón, se escondieron de los ojos curiosos. No entraron por la puerta principal, sino por uno de los pasadizos que la reina conocía al haber pasado tiempo entre esa Fortaleza y Desembarco del Rey, pronto descubrió que su sobrina se desorientó entre tantas vueltas, así que sacó a Fuegoscuro para atravesarle el vientre y antes de que gritara, cortarle la cabeza. Salió a sus aposentos y la puso junto a las otras.

Maegor reunió a sus pocos banderizos una noche en la Fortaleza Roja para debatir el plan de batalla. Sabía del talante, fue entrenada por su madre y ellos también entrenaron juntos. La iba a tener difícil, pero no imposible, ya que a ella no le preocupaba mancharse de sangre ni fracturarse algunas costillas. Y efectivamente, así marchó hacia Desembarco del Rey, se infiltró en el salón del trono, con la sangre de su sobrina encima. Llevaba envainada Hermana Oscura, los tres costales y a su bebé en brazos cuando se sentó en el Trono de Hierro.

—Estás en mi sitio.

—Ahora es mío.

—¿Con qué derecho?

—El que me da Fuegoscuro, Hermana Oscura y esto— lanzó los sacos a los pies del Cruel, este lo dudó un momento y luego los abrió uno a uno—. La cabeza de nuestra cuñada, Alyssa Velaryon, Alyssane y Jaehaerys, nuestros sobrinos y una de tus esposas, nuestra sobrina. ¿Enserio pudiste remplazarme con ella?

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