Capítulo 29: Nuestro paraíso

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Ninguno de los dos habían calculado la relevancia a corto ni a largo plazo de mostrar pública y abiertamente su futura paternidad.  Cuando llegaron al resort, llegaron a una burbuja protegida.  Los padres de Boun se habían encargado de llamar a su espalda y explicar su condición particular para que les tratasen con delicadeza.

Un joven con el uniforme demasiado grande y que no parecía haber terminado la secundaria se acercó rápidamente.

-Permítanme que les ayude con las maletas... -les miró todo lo disimuladamente que supo.  Su madre le había hablado de ellos.  Bueno, no a él.  Les había escuchado a ella y su padre.

Podía adivinar quien era el alfa porque emitía un aura mayor de autoridad.  Aunque él omega no era para nada sumiso.  El embarazo fuese quien fuese no se notaba aún.

-Yo me encargo -su madre le lanzó una mirada asesina -vengan por aquí... les llevaré a la cabaña nupcial.  La ceremonia será mañana a mediodía y luego haremos una comida de boda tradicional.  Tranquilos, es tradicional de verdad, no una de esas representaciones para turistas.

Boun fue a tirar de las maletas pero Prem no le dejó.  Su cabaña estaba cerca y la idea de una ducha y una cama resultaba tentadora en más de un sentido.

-Hemos preparado un pequeño refrigerio de bienvenida- la mujer abrió la puerta y les entregó las llaves -dado su estado delicado, el cóctel lo preparé sin alcohol.  El no gestante debe ser solidario, ¿verdad?

Les repitió que pidieran cuanto necesitaran y se fue después de disculparse y darles la bienvenida otra vez.  Al fin solos en la habitación, Boun tomó el cóctel.  Era una mezcla de colores naranja y verde.  Lo probó y estaba buenísimo.  Naranja, kiwi, manzana y algo más que no reconocía.

-Lichi -le dijo Prem -lo comía mucho de pequeño.

-Tengo hambre.  Delante de mi madre protestaba porque se empeñaba en alimentarme como un niño, pero en realidad voy a echar de menos sus guisos.

-Aprenderás a cocinar.  Yo me apaño bien haciendo platos sencillos y existe la comida a domicilio.

-¿Cómo sabias que eso era justamente lo que pensaba?

-Porque somos almas gemelas.

Prem tomó un fruto rojo y se lo metió en la boca.  Repartió la dulzura por su paladar y le besó.  Boun notó una explosión de dulzura en sus papilas gustativas y de pasión en todo su cuerpo.

En casa de sus padres no habían podido hacerlo tanto como querían.

-Voy a ducharme -dijo Prem -come, lo necesitáis.

-No empieces a actuar como si fuese el alfa -protestó Boun.

-No lo hago.  Soy un omega cuidador porque una increíble coincidencia ha provocado que haya dejado embarazado a mi alfa.

-Me suena extraño hasta a mi y lo he vivido.

-Come, aséate y dormiremos un poco antes de cenar.  Prometo despertarte un rato antes.

-¿Quieres decir que al fin follaremos?

-¡Esa boca sucia! Está delante nuestro bebé.

Mientras Prem se duchaba Boun comió la fruta y los postres de bienvenida.  Observó la habitación.  Era preciosa.

Justo antes de la cama había una interrupción en el suelo, donde se veía el azul cristalino del agua bajo un cristal reforzado.  Un pez de colores pasó nadando.

Sí, era justo cómo había soñado el lugar donde Prem y él pasasen sus primeros días de casados. 

No le dio tiempo a bañarse.  Cuando Prem salió del baño, ya estaba dormido.

Rompiendo las normas ||BounPrem||Mpreg||OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora