Capítulo 23: El día de la verdad

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La gente estaba muy atenta a las palabras de los ponentes. Boun recibió un beso en la mejilla de Prem antes de subir al estrado donde iba a hablar del folklore del norte de Tailandia en el arte.  Había memorizado hacía mucho cada palabra y hecho muchas exposiciones.  No era un niño y no se enfrentaba a su primer examen oral.  Se lo repitió varias veces hasta que al fin subió y empezó a hablar.

Prem se sentó junto a sus suegros.  Estos le gastaron una broma acerca del anillo que llevaba pero él les pidió que no dijeran nada ya que Boun estaba muy implicado en hacer todo emotivo y en decírselo juntos en la comida.

-¿Entonces ese es el motivo por el que ha tenido altibajos emocionales?

-No del todo, hoy he descubierto que ha estado jugando con la medicación.

-Deberíamos habernos venido a Bangkok cuando encontró a Prem -la madre de Boun giró la cabeza hacia su marido - te lo dije.  Era demasiado para manejarlo solo...

-Tranquila.  Él quería independencia.  Y cuando uno encuentra a su compañero de vida, más aún.  Habría influido más en su bienestar que estuviéramos agobiándolo todo el día.

-Espero que no tengas que comerte esas palabras.

Prem guardó silencio.  Sonrió cuando Boun subió al estrado y saludó a la gente que había ido a la lectura de su tesis.  Más de la que esperaba. La gente sentía curiosidad por el alfa taciturno y a veces delicado que de repente había tomado a un omega como compañero y que iba camino a ser profesor.

Comenzó a recitar el resultado de meses de esfuerzo sin necesidad de leer nada, convirtiendo los papeles que estaban ante él en un mero accesorio. Había disfrutado investigando y escribiendo aquello.  Y en el medio de todo había conocido a Prem. Le hacía ilusión pensar en él y en sus padres escuchándolo, en realidad Prem y él habían hablado esos meses de futuro o de trabajo y estudio, no habia tenido tiempo para contarle ninguna de esas historias que le apasionaban.

Noto un incómodo silencio.  Se dio cuenta de que el que se había callado era él y un montón de ojos expectantes se fijaban en su rostro.  El sol entraba por la cristalera del salón de actos y le impedía ver a sus padres o a Prem.

Tragó saliva.  Ignoró una gruesa gota de sudor que le estaba cayendo por la sien pero a ésta le siguió otra y otra.  Se sentía mareado.  Empezó a hablar de nuevo intentando ignorar el malestar en su cuerpo.  Tenía lo poco que había ingerido en la boca del estómago y le sabía a bilis la boca, pese a que los nervios ya le habían hecho vomitar antes de salir a leer.  Se había tomado un refresco de cola para aliviar esas molestias y tratar de contrastar el calor pero ahora creía que había sido una mala idea.  Los gases parecían estar concentrándose en su estómago provocándole un malestar mayor.

Volvió a empezar a hablar.  Aquel tema le apasionaba.  Era un momento muy especial y ahora podía ver que Prem estaba de pie y su padre le sujetaba el brazo, pero otro rayo de sol le cegó y entonces dejó de ver a la gente y su visión se cubrió de negro con muchas estrellitas blancas. 

Intentó decir que necesitaba hacer una pausa por necesidad de ir al baño, aunque le restara algo de nota, pero a pesar de agarrar el atril con las manos el cuerpo le pesaba mucho y el suelo parecía gelatina.

Escuchaba voces como lejanas y de repente nada. 

-Hagan sitio.  Déjenle respirar. 

Esa era la voz de su madre.  Sintió alivió.  Luego recordó que estaba leyendo la tesis. No iban a darle el cum laude, excepto si pedía repetirla por motivos médicos.

-Deja de hablar de la puta tesis.  ¿Me oyes?

Boun abrió los ojos.  Nunca había visto a Prem enfadado ni escuchar que usase con él una palabra tan gruesa.  Iba a decir algo al respecto, pero un gas decidió salir en lugar de una palabra.  Se disculpó , trago saliva y notó que su madre ya estaba tomándole la tensión y decía algo de que estaba baja y que eso había causado el desmayo.

-Estoy bien... -no pudo acabar. Ni levantarse.  Avergonzado acabo vomitando lo poco que le quedaba en el estómago en el suelo del salón de actos.

-Tranquilo -Prem le ponía una toalla fría que alguien había acercado en la nuca y con un pañuelo de papel le limpiaba la boca.

Prem miró a su suegra.  Había sacado un aparato pequeño, había pinchado a Boun y ahora fruncía el ceño.

-¿Qué pasa?

-Tiene unos niveles de hormonas inusualmente alterados. 

-¿Es por la medicación?

La madre de Boun siguió buscando en el pequeño estuche de medicina que había llevado con ella.  No esperaba usar ese.  Era un  medidor diferente, Prem nunca había visto uno.  Un trozo de plástico desechable y una aguja desechable también se ensartaban en un aparato negro.  Pincho a Boun en el brazo.  Sacó un poco de sangre y espero unos minutos.  Mientras tanto Prem calmaba a un Boun que quería seguir trabajando.

-Prem -la voz de la madre de Boun le distrajo -¿todas vuestras relaciones sexuales han sido tradicionales? Quiero decir, el rol de alfa y omega.

Prem recordó aquella playa y su deseo de repetirlo, aunque con su ritmo de vida cuando se daba cuenta estaba con las piernas y el culo abiertos,

-No siempre...

-Vamos.  Llevemos a Boun al coche.

-Tranquilo, Boun.  Iremos a un hospital.

-Ni en broma iremos a un hospital normal.  Vamos a casa.

-Son cuatro horas en coche y está enfermo.

La madre de Prem le miró fijamente.

-Tiene que ir a nuestra clínica.  No a otra.  -le mostró el medidor que había utilizado en segundo lugar - tengo que hacer una exploración y una ecografía para confirmarlo, pero según me dice este test Boun está embarazado.

Rompiendo las normas ||BounPrem||Mpreg||OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora