¿Atarías mis agujetas?

12. Tú logres

Sentir el tacto de Enid era una droga. Sus brazos rodeándome mi espalda, sus labios tocando mis mejillas, y su risa retumbando en mis oídos. Estaba nuevamente a su lado, nuevamente con Enid. Nuevamente en mi lugar seguro, y nuevamente con el amor de mi vida.

No podía creer como un ser humano podría significar algo para otro, jamás lo había entendido, pero ahora, lo tenía más claro que nunca. Me tomó bastante tiempo notarlo y entenderlo. Pero al final del camino logré hacerlo. No fue tan complicado, más sin embargo no fue sencillo. Pude conseguir el amor, pero jamás creí llegar a él, el camino era difícil de encontrar y fácil de perderse. La señales se podían malinterpretar y perder. Todo era complicado y mi cabeza apenas podía procesar que iba por un camino, pero jamás por cual. Y ahora, tenía todo en las palmas de mis manos, abrazando con todas mis fuerzas y con la más grande alegría en mi sonrisa. 

Enid me soltó cuando ya pensó que era necesario. Me ayuda a levantarme y al momento en que vimos a esas personas que se hacían llamar mi familia corrimos. Ella me llevó por todo el camino hasta su auto, y mientras me ayudaba a correr con mis maletas, yo solo me reía de lo estúpidas que nos habríamos de ver. Lo ultimo que vi al correr fue a mi "madre" tratando de alcanzarme para poder atraparme y regañarme con todas sus fuerzas. Pero al correr con todas mis fuerzas tratando de escapar con Enid lejos de esa mujer lo más pronto posible, no vi nuevamente a mis progenitores al llegar al carro de Enid.

Ella subió mis maletas a la cajuela, me abrió la puerta del carro para subirme en el, y arrancó el coche. Yo era la DJ por ser copiloto, era mi dicho: "el copiloto elije la música". Así que lo hice. La música estaba a todo volumen. «October passed me by» de Girl in Red se escuchaba en el auto en movimiento, quien era la artista favorita de Enid. Lo cual me hizo sonreír por unos momento, porque recordaba cuando Girl in Red antes era una forma de decir que si la escuchabas eras lesbiana, lo cual me causaba bastante gracia cada vez que lo recordaba. Y ahora, solo era otro artista común y corriente que medio mundo escuchaba agrede o sin saberlo. Más de la mitad de sus canciones se encontraban en mis «me gusta» de Spotify, por lo que no me molestaba escucharla con Enid. Y aunque el artista favorito de Enid no me gustara, todavía podría escucharlo sin decirle nada. Podía tal vez aprender a tolerarlo o a gustarme si quisiera.

El camino fue algo largo, pero no lo suficiente como para que me desesperara y quisiera volver a su casa. Enid jamás había dicho que sería corto el viaje. Es más, había dicho claramente lo opuesto una vez me subí al carro, y vaya que tuvo razón. Casi siempre la tenía, lo cual daba miedo, porque parecía una típica madre. Pero por suerte, su presencia era bastante como para captar mi atención y hacerme olvidarme de cualquier cosa a mi alrededor. Ya sea el tiempo o espacio. El tiempo pasaba rápido a su lado, el tiempo se detenía al momento en que sentía su tacto, y el tiempo volvía a avanzar al recibir sus cumplidos y besos.

Enid Anderson, un nombre y apellido totalmente únicos y hermosos como la mismísima chica, quien estaba completamente loca. No sé si por mí, no sé si porque así era ella desde un inicio, pero lo que sí sabía, es que estaba perdidamente enamorada de ella. Y no había nada que me hiciera cambiar mis sentimientos, olvidarlos, ocultarlo, o siquiera borrarlos. Enid era especial. Especial para mí y para todo aquel que quisiera verlo, porque si me lo preguntases a mí, no había ninguna manera de que no lo fuera. Enid era Enid y siempre iba hacerlo. Cambiaría con el tiempo, claro, pero eso no cambiaría la forma en que la amo y de la cual la amaré en el futuro. El futuro sabrá lo que nos depara a mi novia y a mí.

—Si me dijeras que saltara —mencionó al momento en que nos estábamos acercando a nuestro destino—, te diría, ¿Qué tan alto?

Mi corazón se derritió en ese instante. Enid era varias cosas, y asombrosa estaba en la lista. Ella era la definición de la mejor persona, un lugar seguro, mi favorita, todo con valor sentimental.. Ella era perfecta en todo.