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Al salir del colegio, antes de ir a ese lugar que Chuuya le había comentado, fue a casa a cambiarse de ropa. Se puso una camisa de tirantes y unos pantalones cortos. Según le dijo el pelirrojo, tenía que usar ropa cómoda, porque era un lugar para liberar estrés.

Una vez cambiado, iba a salir de la habitación y se topó cara a cara con su hermano.

—¿A dónde vas vestido así? —Cuestionó Shibusawa, enarcando una ceja— ¿Irás a la playa?

—No es asunto tuyo. Apártate.

—No es manera de hablarle a tu hermano mayor.

—¡Tú no eres mi hermano!

Le dio un empujón que lo hizo retroceder ligeramente, y se dirigió a la salida. Cuando se recompuso, Tatsuhiko le gritó:

—¡Sigma Shibusawa!

—¡Stoker! —Chilló el de cabello bicolor— ¡No pienso compartir tu apellido de mierda! ¡El hecho de que mamá se haya vuelto a casar con tu padre no cambia el hecho de que yo haya nacido como Stoker!

—¿Y dónde está tu padre ahora, entonces? —Inquirió el mayor con arrogancia— Deberías agradecer que mi padre te haya dejado vivir en esta casa con nosotros, de lo contrario te habrías marchado directito al orfanato.

—De lo contrario —Replicó Sigma—, mi padre me habría llevado consigo a Irlanda.

—¿Estás seguro?

Reprimió un comentario mordaz y le dio la espalda. No le iba a seguir el juego, Shibusawa sólo quería fastidiarlo. Ahora lo único que necesitaba era algo para golpear sin que se considerase un delito, y a Chuuya para que actuara como su apoyo emocional. Tatsuhiko no entraba en sus planes.

—Te peleaste con Fyodor, ¿no es así?

Se detuvo en seco y apretó los puños.

—Es culpa tuya. Si no hubieras inventado esa mentira de que yo te mandé a tener una cita con él...

—Pero querías hacerlo igualmente.

—¡Pero no lo hice! ¡Porqué yo sí respeto las opiniones de los demás, y sabía que Fyodor no estaría de acuerdo!

—¡Si dejaras de ser tan regalado y tuvieras aunque sea un poquito de autoestima, a lo mejor Nikolai te habría preferido a ti!

En un arranque de rabia, Sigma se dio la vuelta y tomó a Shibusawa del cuello de la camisa y lo acorraló contra la pared. Su hermano no se lo esperaba, y jadeó, sintiendo que se ahogaba por la presión contra su cuello. Puede que Sigma fuera menor que él, pero medían lo mismo, y era considerablemente más fuerte que el albino.

—No te atrevas a usar ese argumento en mi contra —Lo amenazó—. Que prefiera que Nikolai se quede con Fyodor no significa que no tenga baja autoestima. Y no soy ningún regalado.

—Pero aún así no te sientes digno de tener a Nikolai, ¿o me equivoco? —Shibusawa esbozó una pequeña sonrisita, aunque una gota de sudor se resbaló por su frente— Te sientes tan eclipsado por Fyodor, su inteligencia, su belleza... Que piensas que no eres suficiente como para merecer amar y que te amen, ¿no es verdad? Sientes que él se merece más tener a Nikolai que tú.

Respiró entrecortadamente. Las voces en su cabeza le decían que lo matara, pero decidió que no valía la pena y lo soltó.

—Nikolai no es un objeto —Dijo—. Tampoco es una universidad.

—... ¿Qué?

—Déjame en paz, Shibusawa. Fyodor ama a Nikolai, no a ti. Y Nikolai siente algo por Fyodor. No se trata de merecer, se trata de los sentimientos. Y está claro que ninguno de los dos siente nada por nosotros.

Pingüinos /Fyogol/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora