Déjame

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-Narra Verónica-

-He de admitir que ver la escena fue un momento extremadamente incomodo, pero creo que no actuaste mal- replicaba Daniela tratando de darme calma, una calma que simplemente ya no existía para mí, mucho menos en ese momento.

Mientras Daniela me daba una charla motivacional sobre que ella habría hecho lo mismo y ''bla, bla bla'', yo buscaba con la mirada a Ana. Rapidamente llegó la hora de ir a dormir y Ana simplemente no apareció, me preocupaba no haberla visto en toda la tarde, pero más me preocupaba lo que le podría hacer el patán de su marido.

Para calmarme, pensé en que tal vez estaría con su ''hombre'' dándose besos apasionados debajo de alguna palmera, cosa que probablemente estaría pasando, las peleas de pareja normalmente terminarían en una reconciliación así. Al darme cuenta de tal cosa, pensé en un plan para dañar su momento de pasión en la playa.

-Verónica, ¿qué haces?- me pregutaba Daniela al verme salir con un vestido corto color rojo cherry y mi pelo suelto acompañado de una diadema color negro.

-Acompáñame si te quieres divertir un rato- respondí mientras agarraba su mano para salir corriendo escaleras abajo hasta llegar a la playa.

A lo lejos se divisaba la silueta de Ana caminando por la orilla de la playa, agarrada de la mano por su esposo o lo que fuera ese señor. Sentí un pequeño escalofrío recorrer todo mi cuerpo al ver como la besaba y agarraba su cintura acercándola cada vez más a él. Daniela dice que eso son celos, yo lo llamo ''desagrado'', creo que todos sentimos una especie de incomodidad al ver a cualquier pareja besándose apasionadamente frente a ti, ¿cierto?

Después de un rato y como por arte de magia, se hicieron realidad mis palabras y terminaron besándose apasionadamente bajo una palmera.

-¿Cómo puede estar con él?, míralo, es tonto y..le apestan los pies- comentó Daniela tratando de buscarle defectos aparte de los de su comportamiento.

Siendo sincera, él era un dios griego hecho hombre. Tenía los ojos azules más brillantes que había visto, su color de pelo era negro y su piel blanca. Simplemente era un hombre demasiado cautivador, eso sin tener en cuenta su cuerpo que parecía esculpido por Apolo. Sus brazos musculosos y su abdomen marcaron lo complementaban todo.

-No veas eso Vero..- exclamó Daniela mientras me agarraba de los hombros para voltear mi cuerpo en la dirección contraria a ellos.

-Dime que no están haciendo lo que estoy pensando- le dije mientras luchaba por ver.

En efecto, estaban a punto de hacer el amor ahí mismo. Digo ''estaban'' porque Daniela al ver mi cara de tristeza, agarró una piedra que se encontró y se la lanzó directamente a la cabeza de David. En cuanto escuchamos como se quejaba y se ponía la mano en la cabeza, corrimos a escondernos detrás del primer contenedor de basura que encontramos.

Las risas no se hicieron esperar y ahí estaban Daniela y yo tratando de no ahogarnos de risa mientras se escuchaba de fondo los insultos de David. Él después de un rato corrió hasta la casa y dejó a Ana ahí sola, Daniela me empujó en seña de que fuera donde ella y así fue.

Salí y caminé hasta donde estaba Ana, no sabía que decirle y menos después de nuestro último encuentro.

-Pobre, creo que le pasó algo en la cabeza, ¿no?- pronuncié tratando de que no se me notara la risa burlesca al decir que algo le había caído en la cabeza.

-Eso creo, fue una piedra creo, pero hasta donde tengo entendidos, las piedras todavía no vuelan- me miraba tratando de analizar cada pequeña expresión que hacía mientras ella hablaba.

-¿Cómo vas con tu esposo?- volvió a hablar

-Se hace lo que se puede- traté de no verla a los ojos mientras respondía

-Ummmm, entonces no muy bien por lo que parece- Dijo mientras levantaba mi mentón lentamente para que la viera a los ojos.

(¿Cómo es que siempre lograba atraerme y ponerme nerviosa sin importar nada?)

-No, no encajamos del todo- respondí firmemente disimulando mi nerviosismo

Al instante sentí como su mirada recorría mi cuerpo lentamente e iba calentando cada parte a medida que su mirada bajaba. Siempre he sabido perfectamente la belleza que tengo y logro poner nervioso a quien yo quiera, pero nunca me había pasado al revés.

Como una especie de ''karma'', David se iba acercando a nosotras e interrumpió el momento.

-¿Por qué mierda me dejaste ir solo?, ¿qué no ves que tenías que ir conmigo?- Le dijo mientras la agarraba bruscamente del brazo.

-Suéltame David, me lastimas- la escuché diciendo en un hilo de voz ya que toda su atención estaba puesta en soltar el fuerte agarre.

Vi como cada vez la agarraba más bruscamente y al instante intervino para que la soltara. Logré que lo hizo, pero así mismo logré que él me diera un empujón lo suficientemente fuerte como para tirarme al suelo y dejarme ahí tirada por un buen rato. Ana le gritó que estaba loco y corrió a ayudarme, Daniela hizo lo mismo.


Narra Ana -

No sé exactamente que es lo que me pasa cuando la tengo cerca, pero es una conexión que no tengo ni tuve con David. Al ver que él la había lastimado, fue como una señal de que tenía que alejarme de él ya mismo. Cuando me acerqué a ayudarla me fijé que tenía una cadena muy fina sobre su cuello, esa cadena se la había dado el último día que la vi, aún la llevaba.

-Vamos Vero, vamos a tu habitación- Le dije mientras la cargaba entre mis brazos.

Daniela iba detras de nosotras cuidando que el no nos fuera a hacer nada...

Daniela iba detras de nosotras cuidando que el no nos fuera a hacer nada

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Tercer capítulo, espero les esté gustando <3

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