Nunca más

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Narra Ana -

-Te volvió a pegar Ana, mira como te volvió a dejar la carita. Bueno, tuviste suerte de que esta vez no te dejó inconsciente de tantos golpes.- me dijo Diana mientras trabajaba de parar la sangre que bajaba de mi boca

-Él dijo que iba a cambiar, todo es un proceso, por algo se empieza Diana.- lo defendí

-¡Para de abogar por él!, ¿qué no ves como te pega?, me duele verte así Anita- puso su mano en mi hombro

-Mira, en mi casa tienes suficiente espacio como para que vengas a vivir aquí un tiempo. Aparte de que así convives más con Diana Alejandra y pueden pasarla mejor. Quédate Ana.- me suplicaba Diana casi llorando.

Y así fue, pudo convencerme aunque no fue fácil en lo absoluto. Primero me puso un espejo en frente para que yo viera como me había marcado su mano en mi cara, mis ojos hinchados de llorar y mis labios rotos por sus golpes. Luego me recalcó los golpes en mis rodillas y que me dolía la cabeza por el jalón de pelo. También me recordó todas las veces que dijo que cambiaría, todas las veces que me golpeó porque según ''yo me portaba mal''.


Narra verónica-

Esta vez sí me esperaba su respuesta, pero tal vez no una reacción tan agresiva. Sin otra opción, tuve que ir a mi casa a verme con ese ogro, seguro que esperaba otra pelea. Lo único que me consolaba era que los niños se habían ido de camping y no tenían que escuchar los gritos.

Abrí la puerta con sigilo, sorpresivamente esta vez no me esperaban gritos, todo lo contrario, me esperaban velas con olor a vainilla y un camino de pétalos de rosas rojas hasta nuestra recamara.

-¿Qué es todo esto, mi vida?- pregunté en la oscuridad

-Una pequeña sorpresa a mi esposa. Me di cuenta que últimamente solo nos la pasamos peleando y también me di cuenta que no quería perderte.- dijo Jhon mientras me agarraba las manos para llevárselas a su boca y besarlas lentamente.

-Que lindo, hace mucho no me hacías estos detalles tan hermosos.- dije mientras me acercaba para darle un pico.

Voy a ser sincera, Ana no se me pasó ni por un segundo por la mente en ese momento. Aunque peleaba mucho con mi marido, supongo que eso pasa en la gran mayoría de los matrimonios y que el estrés del trabajo influye mucho en eso.

Él me llevó hasta el comedor en el primer piso y estaba precioso todo, esa noche hablamos de todo y de nada, se sintió como si fuésemos novios otra vez y como si nada pudiera salir mal. Era como si simplemente la calma volviera y la paz me dijera: ''respira, ya volví''.

Esa noche fue mágica, conectamos como no lo hacíamos hace años y él fue todo un caballero. Al despertar él ya no estaba en la casa, había salido más temprano al trabajo pero me había dejado una nota:

''Amor, tuve que salir más temprano de lo normal. Te dejé el desayuno en el microondas, espero te guste, te amo.''

De un momento a otro sonó el teléfono...

-Diga- dije en cuanto levanté el teléfono

-Verónica, acepto la propuesta.- Era la voz de Ana

¿Por qué justo ahora? Jhon se había portado como todo un caballero, se había retractado de todos sus errores, era super romántico, ¿y justo ahora tenía que aparecer ella para decir que sí?

No respondí nada los primeros minutos, me quedé en la línea por unos minutos que parecían horas. Ahora era yo quien no podía aceptar una propuesta que yo mismo había hecho un día antes. Tampoco quería agarrar a Ana de plato de segunda mesa, o sea, cuando esté bien con Jhon no te quiero pero cuando no ''¿dónde nos vemos?'' Era injusto hacerle eso y más a ella. Pensé en que tal vez el romanticismo de Jhon solo duraría un día y que así podría ayudar a Ana a salir de esa relación tóxica, algo así como: ''mi buen acto del día''

¿Quién es?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora