Ni loca

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Narra Ana-

Ya estaba lista para ir al dichoso encuentro con a saber que loco, me daba miedo e intriga, pero aún así me arreglé de la forma más bonita posible. Le dije a David que tenía una cena con unas amigas y que por eso me arreglaba así, gracias a dios me creyó.

Al llegar vi que era un hotel de 5 estrellas, de los hoteles más prestigiosos de CDMX.

Pregunté por la habitación, subí y al abrir la puerta no podía creer a quien estaba viendo...


Narra Verónica-

-Los niños escucharon nuestra discusión anoche y estaban llorando- dije sin mirarlo a los ojos y casi arrebatando el café que sostenía en sus manos.

-¿Y a mí qué?, no son mis hijos, esos bastarditos los tuviste con el primer mal oliente que te encontraste en la calle, no conmigo- me dijo con una sonrisa sarcástica en sus labios

-¿Cómo te atreves?- le di una cachetada al momento.

(Se sentía liberador cachetear a ese cretino, ¿cómo se le ocurría insultar a mis hijos?)

Trató de agarrarme las manos para que yo no volviera a pegarle, pero decidí irme antes que hacer un espectáculo ahí, preferí arreglarme e ir a comprar unas cosas al centro comercial.

Después de un rato vi las llamadas perdida de Jhon pero tenía cosas más importantes que hacer, como por ejemplo, mi cita.

Ana entró a la habitación y se veía más hermosa que nunca, tenía un vestido negro pegado al cuerpo y unos tacones rojos. Su cara de sorpresa me dio risa, pero no voy a negar que también me puso nerviosa y más al ver su cara de sorpresa.

-Siéntate Ana, prometo explicarte todas tus dudas pero primero ponte cómoda- dije mientras le indicaba con mi mano la cama, lo hice en seña de que se sentara ahí.  

Ella solo me miró y asintió con la mirada.

-Bien, voy a empezar explicándote como conseguí tu tarjeta para dejarte los depósitos. El día del café, cuando vinieron a cobrarnos, tú fuiste al baño por unos minutos y yo aproveché y vi tu numero de tarjeta. Lo hice porque sabía que perderíamos contacto y quería mantenerte cerca aún así- paré para respirar y pensar como explicar el resto.

-Con ese dinero puedes hacer lo que quieras Ana, es tuyo, pero sí quiero pedirte un pequeño favor. Yo continuaré depositandote los 3.000 dolares mensuales si tú...aceptas acostarte conmigo de vez en cuando.- terminé

-¿QUÉ?, ¿CÓMO SE TE OCURRE?- me gritó

Entendía su furia, pero siempre tuve la esperanza de que fuera momentánea. Quiero decir, sé que ella no es interesada y que prefiere conseguir su dinero honradamente antes que denigrarse para conseguirlo, aparte de que ella no estaba nada mal económicamente.

Por otro lado, serviría de excusa para por fin cumplir nuestro deseo de estar juntas y justificarlo con que ''yo se lo propuse''. Por donde lo vieras estaba mal, pero, ¿quién se tendría que enterar?

-Entiendo tu enojo Ana, pero no te lo tomes a mal, así podríamos cumplir el deseo de estar juntas- repliqué

-A CAMBIO DE ''FAVORCITOS'' SEXUALES, Verónica, no me esperaba esto y menos de ti- dijo lo último y se fue azotando la puerta.


Narra Ana-

¿Cómo se le ocurría proponerme dinero a cambio de sexo?, ¿tengo cara de prepago a caso? Pero ojo, no tengo nada en contra de las trabajadoras sexuales, también es un trabajo digno y merece respeto como todos los trabajos. El problema es que yo no estaba dispuesta a vender mi cuerpo y dar placer a cambio de 3.000 dolares.

Gracias a dios nunca compré una casa en Morelos que había visto, yo tenía previsto ahorrar todo ese dinero para comprar una casa allí e irme a vivir por lo menos unos meses para tratar de formar un hogar con David.

Llegando a casa, sentí como me agarraban fuertemente del pelo y me lanzaban contra la pared. El golpe logró lastimarme las rodillas entonces me tocó arrastrarme hasta la sala, en el trayecto escuchaba los gritos de David preguntarme dónde había estado y si creía que era tonto como para no darse cuenta que estaba con otro.

David se acercó a mí y me dio la cachetada más dolorosa que nadie me había dado nunca. Fue tan fuerte el golpe que logró reventarme la boca y hacer que solo quisiera mirar al suelo para que no me pegara más.

-ERES UNA CUALQUIERA ANA, ESTABAS ACOSTÁNDOTE CON OTRO- me gritaba mientra me seguía golpeando.

Me agarró del brazo y me levantó del suelo, me puso de pie y me puso justo en frente de él.

-Te voy a enseñar a respetar a tu marido- me dijo mientras se empezaba a desabrochar la correa de su pantalón.

El miedo recorría todo mi cuerpo, no sabía que hacer o como reaccionar para que no me pegara más. El dolor en mi cara, mis rodillas coloradas y la sangre bajando de mi boca no me dejaban pensar con claridad.

En ese momento sonó el teléfono y corrí a contestarlo, era mi única salvación.

-Aló- dije con dificultad

-Anita, corazón, ¿cómo estás?- preguntó Diana Verónica

-Bien, bien- respondí

-No se te escucha muy bien Ana. En todo caso, ya estoy en la puerta de tu casa, ábreme la puerta que necesito que veas algo- la vi como mientras me decía eso se asomaba por la puerta.

David al escuchar eso fue a abrir la puerta.

-Ana no está señora, ahora lárguese usted y lo que dijo que tenía que mostrarle- dijo con prepotencia

-Si no está, ¿cómo sabe que dije que tenía algo que mostrarle- tan astuta ella

Corrí como pude hasta la entrada y Diana en cuanto me vio lo empujó y me preguntó qué me había pasado. Rápidamente él trató de agarrarme para meterme de vuelta a la casa pero ella fue más rápida y me metió a su coche.

Un capítulo muy fuerte :(Después de la tempestad, siempre llega la calma

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Un capítulo muy fuerte :(
Después de la tempestad, siempre llega la calma..<3

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