/ Freya / ... / Natsu / - ( + 18 - leer con discreción )
Abriendo sus ojos natsu se levanto un poco irritado con la luz del sol que se filtre por el ventanal dorado de la habitación real, el se levanta y suelta un bostezo, procediendo a estirarse un poco, cruzando las muñecas sobre su cabeza liberando la tensión del cuerpo.
Las sabas se escurrieron asta llegarle a su abdomen, dejando ver su pecho y abdomen con unas cuantas cicatriza en el, una en especial se marcaba en su abdomen de su lado izquierdo, era una gruesa cicatriz de forma de garra que llegaba asta su espalda baja casi rodeando su cintura.
Sus cabellos rosados siempre rebeldes estaban los suficientemente largos como para caer asta sus omoplatos, había un mechón un poco mas intenso en su color, era un color rojo, sus ojos verdes estaban tan afilados y habia unas ligeras marcas que se asemejaban a escamas.
Sus brazos estaban mucho mas grandes y marcados con cicatrices, sus manos eran cálidas pero callosas, su pecho estaba muy bien formado pero de igual manera habían cicatrices en el, heridas que a simple vista eran mortales, en el especial una cicatriz que estaba en su cuello.
Su espalda estaba marcada por aquellos finos trazos de musculatura cincelada y marcada con el arduo esfuerzo de su entrenamiento, habían tatuajes en el, que se asemejaban a dragones, con diferentes posiciones, como si lucharan pero entrelazando sus colas, habían siete dragones que rugían con soberbia y fiereza.
Hubo movimiento en la cama, entre las sabanas envuelta estaba un bella mujer, una reina, sus largos cabellos platinados se mezclaban con las sabanas blancas de la cama real, sus parpados lucharon para abrirse y dieron bienvenida a los ojos esmeralda de esta bella mujer.
Ella se levanto y sentándose sobre su cama las sabanas cayeron asta sus pelvis dejando ver su bella desnudes, un piel sedosa y blanca suave al tacto, tibia, grandes senos coronados con unos pezones rosados y un abdomen plano, era la reina de los elfos, su cuerpo delgado pero con dotes perfectos, anchas caderas para parir, sus nalgas eran firmes y redondas, ama sables, con tintes rojos y la marca de una palma marcándolas, así como sus finos y delgados hombros..
Su cuello blanco estaba rojizo con marcas y chupetones tatuados sobre su clavícula, bajando asta sus delegados hombros, siguiendo el mismo camino asta sus senos, descendiendo por su estomago, y terminando en sus muslos internos y pelvis, con claras señales de haber mordidas, todo de ella estaba marcado, pues su espalda y nalgas no carecían de estas marcas posesivas y celosas, sus pantorrillas tenían las marcas, signos de haber sido sujetadas por unas manos fuertes, igual que sus muñecas.
Los ojos esmeralda de la reina y su señor dragon chocaron y una sonrisa cómplice se dio entre ellos, se acercaron y se dieron un beso profundo, hambriento mientras sus lenguas luchaban por su supremacía aunque la de la reina solo luchaba para no ser dominada tan fácilmente, ella soltó un gemido al sentir como la lengua ardiente de su señor probaba todo de ella, en la contienda el había salido ganador como siempre.
- Buenos días mi reina - dijo el chico mientras la acercaba a el, posando sus manos en sus caderas mientras la levanta de las nalgas para sentarla en su regazo, ella soltó un gemido cuando su feminidad casi es penetrada por su fiero dragon.
- B-buenos días mi señor - ella soltó un gemido cuando ella misma mecía sus cadera al rozarse con el pene de su macho, era caliente, muy caliente, además de su atemorizador tamaño que se alzaba orgulloso mas allá de su ombligo, era grande. muy grande y grueso, ella paso su manos por su nuca mientras sus dedos jugaban con su sedoso cabello rosado.
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Reconstruyendo 400 años del pasado.
FanfictionMira que esto es como si fuera un sueño, jajaja parece un sueño... después de que busco a mi padre por mucho tiempo... de el no hay rastro alguno y esto empieza ser cansado. La única razón por la que me había unido a Fairy tail era para encontrarlo...