Evan estaba triste con su realidad y la terrible familia que tenía, hasta que un día... Al dormir despierta en un lugar, nada es diferente, hasta que se da cuenta..¡De que todos son iguales a el! Superpoderes y gente rara, al fin encontraría paz men...
Evan caminó hasta la puerta, la abrió y llamó la atención de los estudiantes.
Evan: ¡Hey! Disculpen la demora, tuve problemas atando esta corbata. *Risa nerviosa*
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(Se que las alas parecen una trapera despelucada pero es lo mejor que pude hacer.)
Evan caminó hasta su asiento, Uraraka le hizo mil preguntas pero después de un rato se tranquilizó.
Evan le sonrió a Aizawa toda la clase, estaba muy feliz con su regalo.
8:40. Japones.
9:40. Historia Japonesa.
10:40. Clase de salud.
11:40. Historia mundial.
2:30. Cafetería.
En la cafetería no pasó mucho interesante, solo hablaron en que faltaban un par de semanas para el festival de quirks y eso, ya habían hecho uno hace unos meses pero salió normal.
Evan terminó de comer rápidamente y se teletransportó hasta el salón de clases, allí estaba Aizawa, Evan corrió y lo abrazó agradeciendole de mil formas, Aizawa le agarró mas cariño a Evan. . . .
1:30. Economía doméstica.
2:20. Español
3:20. Matematicas. . . . Primera persona de Evan.
Así transcurrió el día, nada realmente nuevo. En la clase de salud aprendí una nueva tecnica, la llamo Energy taking, aprendí a quitarle energía a los demas para usarla a mi favor, el problema es que si lo hago tomo la emoción de la persona y su personalidad por un rato. Todo tiene sus desventajas.
Aizawa me llamó al final del día, me dijo que si yo podía tomar energía de los demas quizás tambien podría tomar su don, al menos su energía. Me llamó a la planta baja de las habitaciones, allí estaba esa niña de nuevo, Eri. Aizawa me pidió que le quitara energía, agarre sus manos y eso hice, la niña sonrió al ver como mis ojos cambiaron de color, Eri se cansó y pareció desmayarse, Aizawa la cargó, era una niña pequeña, no tenía mucha energía. Aizawa vio que no hice nada, pero enseguida mi cabeza empezó a doler, me sentí más sensible y vulnerable.
