Extra 02: Juicio en el extranjero. Part II

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Hôtel Le Cantlie Suites — Mayo 21, 2022 / 22:17

Yuri había llegado la noche anterior, tan rápido como le fue posible al tomar el primer avión rumbo a Suiza. A pesar de lo agotado que se encontraba, tuvo tiempo para sentarse con Víctor y saber los detalles de lo que había ocurrido cuando Yuuri intentó pasar por emigración.

Víctor le comentó todo, frustrado, visiblemente afectado mientras intentaba calmar a Alexey quien no dejaba de llorar. Solo lograba calmarlo por un par de horas, para volver con aquellos gritos mientras Víctor intentaba mover todas las fichas a su favor a través de las llamadas. Yuri buscó apoyarlo con el cuidado de su hijo, mientras él retiraba todos sus fondos de los bancos y anulaba todos los documentos que habían firmado para la inversión en el país. Habló en serio cuando dijo que no pensaba invertir en un país que le diera semejante trato.

Traer a Yakov Feltsman era imposible, el anciano ya se había retirado de los tribunales y según palabras de Anya, se había ido con la jueza. Eso decían las malas lenguas. Pero Georgi estaba disponible, acababa de salir de otro caso al que ganó, y se había convertido en uno de los abogados más cotizados. Apenas supo lo ocurrido, Mila buscó comunicarse con él y lo tuvieron pronto en Canadá con todos los documentos en mano para que armara el caso.

Pero como era imposible para Georgi litigar sin tener una licencia del estado, sería él quien asesorara a una joven abogada que fue ampliamente recomendada por uno de los abogados mercantiles que asesoraban a Víctor con las inversiones en Canadá. Isabella Yang, de veintiséis años, ya había encabezado varios casos defendiendo a los omegas y apelando a sus derechos. Hija de un omega y un beta, había sabido ganar prestigio y le aseguraban un buen acompañamiento de su parte. Víctor decidió aceptarlo siempre y cuando Georgi, al conocer ya de antemano su caso, la asesorara.

Suspiró agotado y miró como Yuri le quitó a Alexey de los brazos para llevarselo a la otra alcoba. Por fortuna, había podido evitar que el servicio del hotel lavaran las sábanas donde Yuuri estuvo acostado, para poderlas usar con Alexey e inducirle el sueño con el aroma de su padre en las telas. No quería dormir solo tras ver como lo habían arrancado de los brazos de Yuuri, así que pedía tenerlo en la cama para así poder dormir. Yuri fue a hacer precisamente eso.

Al cabo de una hora, que él dedicó a seguir revisando documentos, lo sintió volver. El llanto de Alexey se había callado mucho tiempo atrás.

—Ya deja eso —pidió Yuri, al posarse en su espalda para agarrar los músculos tenso—. Mañana resolveremos todo esto.

—Espero que sí.

No hubo más palabras al respecto. Yuri se inclinó y comenzó a lamer la oreja de Víctor con lentitud y alevosía para desquiciarlo. El alfa ronroneó al sentir la estimulación que fue mutando a algo más brusco cuando los mordisco dieron su aparición. Las manos de Plisetsky se movieron ruda por sobre su saco. Se lo quitó mientras esparcía mordisco en su cuello y Víctor ya era incapaz de negarse. Lo necesitaba.

Se levantó del asiento y buscó la boca de Yuri con afán. Un beso furioso y agresivo inició mientras Plisetsky lo empujaba contra la pared y Víctor le jalaba los mechones rubios de su nuca. Compartieron mordidas y lenguas, se mecieron mientras buscaban el calor del otro y las manos de Yuri le retiraba la fina camisa de seda. Víctor gimió sin decoro al sentir la lengua viajando por su nuez de adán en una línea caliente y nociva. Necesitaba eso. Estaba tan asustado, preocupado y enojado que necesitaba liberar energías y qué mejor que el sexo para eso. Yuri lo sabía.

Atravesado por el deseo, Víctor se movió y buscó de nuevo su boca. Yuri arrastró fuera la correa del pantalón y metió sus manos debajo de la prenda íntima donde el pene de Víctor se encontraba ya erecto.

Juicio de Alfas (YoI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora