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Era un día de descanso especial, casi todos los días lo eran, pero hoy tendría a Jungkook junto a él y aquello lo hacía especial. El alfa buscaba espacios en su ajetreada agenda para permanecer al lado de su omega, muchas veces lo lograba y otra no; hoy que tenía un descanso de sus clases y sus pasantías trataría de pasar cada segundo al lado del omega.

Jimin ya tenía el plan que ejecutaría hoy, sería una tarde de películas y culpa que terminaría en abrazos, necesitaba el apapacho del papá de su bebé y ser impregnado de su aroma.

Escucho las llaves abrir la puerta principal, como vivían en un departamento era fácil oír cuando Jungkook llegaba, su omega se emocionaba al sentir el aroma del alfa inundado cada rincón del departamento, se sentía como un cachorro al esperar con una sonrisa de oreja a oreja a su persona especial.

Cuando sus ojos se encontraron ambos se sonrieron.

"Hola Minnie." Se acercó a él y le pellizco la mejilla mientras su sonrisa se mantenía. "¿Cómo has estado, cariño?"

"Hola, Kookie." Y como cachorro se apego al tacto cálido de su alfa, cerrando los ojos por la satisfacción que le daba sentir aquella piel cerca a la suya. "Algo cansado, pero ahora que estás aquí me siento con energía."

Jimin se levantó de la cama para ayudar a Jungkook con su saco, era una típica escena de recién casados en donde después de un largo y pesado día ambos se reúnen para encontrar algo de calor en sus fríos cuerpos.

El omega desataba la corbata de Jungkook mientras el alfa mantenía los ojos en su rostro, sonreía inconsciente por la ternura que le causaba el ver el pequeño puchero que se formaba en los labios de Jimin por la concentración. Cuando el omega termino con su acción el alfa llevo su mano a su barbilla para elevarla y así darle un casto beso.

Jimin se sonrojo, causando ternura y fascinación en Jungkook.

"Tú papá me dijo que congelaras este semestre en tu universidad." Dijo Jungkook. "¿Es en serio?"

"Sí, necesito hacerlo por el estado de mi embarazo, como es de riesgo...no quiero jugar con mi suerte."

Jungkook hizo una mueca, se sintió culpable por perjudicar de esta manera a Jimin, por su culpa su embarazo había llegado a ser de riesgo y por esa razón ahora tenía que pasar sus estudios. Si tan solo jamás hubiese seguido los instintos de su corazón eso jamás hubiese sucedido.

Si tan solo...

"¿No tienen opción de tomar clases virtuales?" Llevo sus manos a la cintura del omega para atraerlo a su cuerpo.

"Si tenemos, pero quiero enfocarme en nuestro bebé, después de que nazca accederé a las clases virtuales." Sonrío.

"Me causa pesar que tengas que pasar tus estudios."

"No~" Llevo sus brazos al cuello de Jungkook y ladeó su cabeza aún sonriendo. "Son cosas que suceden, lo importante es que nuestro bebé esté bien, lo demás puede esperar."

"Pero tus estudios-"

"Pueden esperar, ahora quiero dedicarme a mi embarazo y...a ti."

Con cada palabra de Jimin lograba que Jungkook se sintiera una vez más no merecedor de todo el cariño y atención que su omega le daba.

Miraba el brillo de sus pupilas mientras le observaba a él y solo a él, sabía que su esposo omega lo adoraba con toda su alma, por eso quería devolverle cada pedazo de ese cariño y adoración, quería que sienta lo mismo que siente cuando le mira a los ojos; esa adoración que arde en su piel y suspira en su alma.

"¿Veamos alguna película?" Pregunto Jungkook.

"Me leíste la mente, ese era mi plan para hoy."

Tomados de la mano guió a su omega barrigón a su cama mientras dejaba que escogiera la película de su gusto, mientras tanto Jungkook se ponía ropa cómoda para acurrucarse con Jimin.

Se sentía cálido al echarse al lado de Jimin, le abrazo fuertemente y acarició su barriga mientras que la película transcurría en su televisión, entrelazaron sus manos y recostaron sus cabezas lado a lado.

El momento romántico les envolvía en una burbuja, ni siquiera le prestaban atención a la película, solo a la sensación de sus dedos con su piel.

Hasta que la burbuja se reventó por el celular de Jimin, miro el nombre de quién le llamaba y la rabia comenzó a formarse en su barriga, en letras grandes se veía el nombre de Kim Yerim. Había sido así desde que metió la tarjeta del anterior número de Jungkook en su celular, veía los mensajes que su ex le enviaba y las llamadas que le marcaba, estaba cansado de todo, tenía que ponerle un alto.

Jungkook era suyo, en ocasiones como ahora se demostraba aún más su propiedad al alfa.

"¿Quien era?" Pregunto Jungkook.

"Mi mamá, pero ya le mandé un mensaje diciéndole que estoy ocupado."

El alfa solo asintió y volvió a recostar su cabeza en el hombro de Jimin. Sin saber todo el fuego que se provocaba en el interior del omega, sin saber el infierno que se desataría.

Cariño, ¿qué nos has hecho? | km omegaverse auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora