- Final. -

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Era como siempre lo había querido, Jungkook regreso a él sangrando, de rodillas y con flores en las manos. Sus manos le escosian por el poder que sentía en el momento, el hombre de su vida había dejado todo por él, había sacrificado su bienestar y cordura para regresar a sus brazos.

Tal como debería de ser.

"Jimin, mi amor." Le dijo mientras sostenía sus manos. "Por favor, vuelve a mi lado."

Y no debería sonreír, debería fingir que le duele el estado de Jungkook; tan necesitado, abandonado y desesperado. Pero era inevitable no sonreír, era la prueba de amor más pura que había presenciado.

Y era solo para él.

"¿Que has hecho, Jungkook?" Sonrío, acarició su mejilla que aún contenía sangre seca y estaba fresca al dolor. "¿Ah?"

"He hecho todo por ti, todo para que me perdones." Se deshizo en el toque de Jimin, lo busco como un cachorro.

"Arruinaste tu vida por mi." Le susurró. "Solo por mi."

"Solo por ti." Asintió, sostuvo la mano de Jimin sin importarle que le ensiciara con la sangre de Jaehyun, quería que le mire a los ojos y vea la sinceridad con la que le hablaba. "Eres mi vida entera, Jimin, movería una montaña si me lo pidieras."

"¿Y si te pido correr en el infierno?"

"Lo haría."

Ya lo había hecho.

Jimin sonrío, se arrodilló para estar a la altura de Jungkook y así poder sostener su rostro, su piel estaba fría y áspera, la sangre aún brotaba de las fisuras de su mejilla y él se veía hermoso. Tan hermoso que no podía no besarle.

Como un hombre sediento tomo los labios de Jimin, soltó las flores al piso y tomo de la cintura a su omega, lo apego a su cuerpo con todas sus fuerzas como si quisiera que sus cuerpos se fundieran entre sus besos. Aunque aquella era el propósito de Jungkook: fundirse con Jimin para ser uno.

"Te extrañe tanto." Susurró sobre los labios del omega. "Te necesitaba tanto."

"¿Cuanto?" Sonrío de lado enredando sus brazos en el cuello de Jungkook.

"Tanto que podía morir." Volvió a besarle.

Su beso les consumía tanto como su amor, el ritmo en el que sus labios se movían era descomunal y el calor de sus cuerpos era abrumador. Se consumían entre mordidas y suspiros soltados en sus labios.

"No te vuelvas a ir de mi lado." Dijo Jungkook mientras trazaba un camino de besos al cuello del omega.

"No lo haré." Gimió al sentir como el alfa le lamía todo el cuello.

"Eres mío, Jimin, solo mío." Susurraba mientras clavaba sus dientes en la piel del omega, mordia su piel para marcar una y otra vez al omega que le pertenecía. "¿Lo entiendes?"

"Sí~" Sonrío mientras llevaba sus manos a los cabellos de Jungkook, enredaba en sus falanges el sedoso cabello y lo jalaba. "Soy tuyo, siempre lo seré."

"Así es." Cambio su rumbo y comenzó a morder las clavículas del omega. "Solo mío."

"¿Y tu eres mío?"

Jungkook dejo la piel en paz, levantó la cabeza y mirándole a los ojos le dijo: "He sido tuyo desde que pusiste tus ojos en mi, te pertenezco hasta mi muerte y más allá de esta vida. Soy tuyo en cuerpo y alma, Park Jimin, tu eres a quien le pertenezco."

El omega soltó una risilla y volvió a besar a su alfa, estaba feliz, podría saltar en las nubes por su alegría inmensa; pero prefirió seguir besando a Jungkook. Prefirió fundirse con su pareja.

Cariño, ¿qué nos has hecho? | km omegaverse auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora