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tw: violencia física


El polvo de estrellas que los constituía a ambos fue desecho por el soplido de un gran ventarrón, derramandolos en la marea y en la ceniza; entre los caminos de polvo lunar perdieron el rastro del otro y naufragaron en un incierto vacío. Aquel era un breve sumario de Jungkook y Yerim, quienes ahora solo eran simples desconocidos que habían coincidido toda su vida, eran simples amantes perdidos entre la maleza de la hierba mala.

Tan perdidos sin poder ser encontrados, aún navegando lejos de su lado, naufragando una y otra vez. Muriendo una y otra vez.

Huérfanos de la luna, abandonados por la suerte, envenenados hasta la muerte.

Su una vez gran amor se perdió entre los pliegues de su palma, su gran amor se marchito por dentro dejando que las espinas crecieran por sus bocas y reventaran sus pupilas. Alguna vez Jungkook amo con locura a Yerim, la amo como su primer amor y le lloro como al último, pero ahora aquel cosquilloso sentimiento se desvaneció transformandose en un agrio sentir; le quemaba desde dentro.

La odiaba.

La odiaba con toda la fuerza de sus entrañas, deseaba jamás haberle conocido, deseaba con su alma el jamás haberla amado, porque para Jungkook, Yerim solo había sido un gran desperdicio de su tiempo, de su dinero y de sus sentimientos. Pues una mujer tan nefasta como ella no merecía algo de aprecio o consideración, era basura misma la cual pertenecía en una alcantarilla. O en el inodoro.

La odiaba tanto que quería que su vida fuera tan miserable como la de él, que compartieran también esa mala racha de miserables. Porque si Jungkook sufría, Yeri debía sufrir el doble.

Le había arruinado el matrimonio, tal vez jamás podría volver a estar al lado de Jimin, tal vez jamás podría volver a oír sus confesiones de amor, o sentir sus labios sobre los suyos. Y la culpa era de ella.

Si tan solo le hubiera dejado en paz nada pasaría, si tan solo se hubiera movido nada sucedería, si tan solo.

Si tan solo jamás se hubieran conocido ninguno hubiera derramado tantas lágrimas, jamás hubieran experimentado el corazón roto más de una vez. Jamás, jamás, jamás.

Pero estaban escritos en los cráteres de la luna, ni siquiera el más fuerte de los ventarrón es podría borrarlos. Ni siquiera toda la basura que ocasionaría Jungkook.

Porque actuaba cegado en su rabia, era impulso puro que le nublaba la razón, aunque, si tuviera la cabeza fría igual actuaría de la misma forma, señalando al único peón del tablero.

Sin darse cuenta estaba en el condominio de su ex novia, se conocía el camino de memoria, podría llegar incluso con los ojos cerrados, tocó la puerta tan fuerte que dejó sus nudillos rojos pero la ira no logro que sintiera el dolor, estaba sedado en su propia bilis.

"¿Quien?" Escucho detrás de la puerta.

"Jungkook." Anuncio su presencia, su voz sonaba ronca y pesada, cualquiera sabría que estaba hirviendo en enojo.

"¿Qué quieres?"

"Quiero hablar contigo."

"¿Sobre qué?"

"Solo abre la puerta."

Y no debería hacerle caso, supuestamente Yeri había dado un paso al costado a su pasado amor, pero cuando tienes un lazo espiritual es muy difícil seguir lo que tú cabeza te exige hacer. Por eso abrió y todo estuvo normal, la omega creía que su ex pareja estaba ahí para informarle que todo con el loco había acabado.

Pero no era así.

Yerim debería entender que nunca nada sería como ella quería, no cuando tenía la marca de Jimin sobre su hombro.

Cariño, ¿qué nos has hecho? | km omegaverse auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora