DIEZ

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Mariela

Sandra y yo suspiramos agotadas, siguen discutiendo, después de una hora Tadeo y Gala siguen discutiendo por ver quién gana el mando de la televisión. Tadeo quiere poner una película de carreras de coches y Gala una romántica. Me habían pedido que viera la película con ellos, pero a este paso no veremos nada. Mañana tengo que ir a la clínica de los padres de James para una revisión del riñón con el nefrólogo, James no puede acompañarme, le surgió lago en el trabajo a última hora, Tadeo también tiene que trabajar. Las únicas personas disponibles eran Sandra y Hugo, los dos han decidido acompañarme, por más que le he dicho a Hugo que con Sandra era más que suficiente ha insistido en acompañarme, tengo que hablar con él. Sandra se pega más a mí, apoya su cabeza en mi hombro.

—¿Estás cansada?— le pregunto.

—Un poco.

Gala y ella han estado todo el día fuera de casa sabiendo que yo volvía, no querían hacerme sentir incómoda. Finalmente hablé con ellas y les expliqué lo que me pasaba cuando las veía, me alegro haber hablado con ellas. Sandra bosteza, sus ojos se están cerrando.

—Tadeo— lo llamo.

Él me ignora por completo, sigue discutiendo con Gala.

—¡Siempre hay que hacer lo que tú quieras!— le grita él.

—¡¿Lo que yo quiera?! ¡Dime una sola vez que hayas hecho algo que yo quisiera imbécil!

Frunzo el ceño, ahora parecen discutir por algo que me he perdido, ellos nunca suelen estar juntos porque no se llevan bien.

—¡Siempre, Gala! ¿Recuerdas cuando...?

Gala le tapa la boca con sus manos.

—Cállate pedazo de imbécil— gruñe ella— Te odio, Tadeo.

Gala sale corriendo llorando, dejo a Sandra con cuidado en el sofá y me levanto. Me acerco a Tadeo, pongo mi mano en su mejilla.

—¿Qué ha sido eso?— le pregunto.

—Nada, má, soy un imbécil.

Tadeo pasa por mi lado, toma en sus brazos a su hermana y sube las escaleras con ella. Me quedo en mitad de la sala muy confundida por lo que ha pasado entre Gala y Tadeo. Miro el bol de palomitas frías y todas las bebidas que habían sacado los niños mientras me rasco la cabeza, suspiro y comienzo a recoger todo. Mi móvil suena en el bolsillo trasero de mi pantalón, agrupo las botellas de alcohol en un brazo mientras cojo el móvil con el otro, deslizo el dedo en la pantalla, el rostro de James aparece en mi móvil.

—¿Qué haces con esas botellas bebé? No estarás bebiendo, ¿no?

—No, mi amor, son de los niños, las han dejado en la sala.

—Creí que ibais a ver una película.

—Yo también, pero Gala y Tadeo han estado discutiendo más de una hora, Sandra se ha terminado quedando dormida y Gala se fue llorando.

James resopla. Dejo las botellas en la encimera de la isla.

—Mi madre quiere que te diga que se lo pasó muy bien el sábado, quiere que repitamos mañana por la noche.

—¿Mañana?

—Sí, está demasiado emocionada por tener una nuera.

—¿A qué hora mañana?

—Almuerzo.

—Tengo revisión con el médico a las once.

—Se lo diré, pero querrá comer en la cafetería del hospital.

FRÁGIL #1.3 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora