-Chica lista, sabía que no los dejarías morir. Puedes tomar el té si quieres.- dijo Ava.
-No quiero nada tuyo, gracias.- dije entre dientes con una sonrisa muy falsa.
-Realmente no quería que esto fuera así. Esperaba que nos ayudases sin tener que amenazarte. C.R.U.E.L es bueno, solo buscamos una cura.-
-Vuestros métodos son muy cuestionables. No creo que sea muy ético encerrar a gente en un laberinto y mirar como mueren en vez de hacer algo.- cada vez estaba más enfadada.
-Os hemos ayudado muchas veces. Si quieramos que hubierais muerto, no os mandaríamos la caja todos los meses. Tampoco os habríamos enviado los viales para Alby.- el recuerdo de la muerte de Alby volvió a mi mente. Me dolía mucho, se había vuelto como un padre para mí. Inevitablemente una lágrima cayó por mi mejilla.
-Sé que es doloroso, pero el pasado ya no importa. Céntrate en el presente. Queremos que nos ayudes con nuestras investigaciones y que además nos dejes hacer algunas pruebas contigo.-
-Bien, pero no quiero que les toqueis ni un pelo.-
-Trato hecho. Todo irá bien, lo prometo. Te llevaré a tu habitación.- se levantó y yo la seguí.
Salimos por la puerta y recorrimos el pasillo. Después de varios minutos caminando llegamos a una zona distinta. Las habitaciones parecían ser más grandes y ya no tenían ventanas hacia el pasillo. Todas tenían números. Llegamos a la 12, esa era la mía. La abrió y entramos. Era una habitación enorme. Era de color blanca y negra y estaba bastante decorada. Tenía una tele y una cama preciosa. Tenía una gran ventana que daba al exterior. Se podía ver un gran desierto que parecía no tener fin.
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(Más o menos así la habitación)
Me quedé asombrada porque era realmente bonita.
-Espero que la habitación sea de tu agrado. Hoy descansa. Mañana por la mañana vendrá alguien a buscarte para guiarte. No intentes escaparte porque lo sabré. Buenas noches.-
No dije nada. Ella salió por la puerta y cerró. Me senté en la cama y rápidamente empecé a pensar. Noté algo duro en el bolsillo de la bata y lo saqué. Era el muñeco de Chuck que yo había guardado ahí. Recordé lo que había pasado e inevitablemente lloré. No fui capaz de cumplir mi promesa. Gally también murió y yo no pude hacer nada. Me sentía realmente mal. Me tumbé en la cama mientras lloraba. Intentaba no llorar, pero no podía. Decidí irme a dar una ducha para calmarme. Fui al baño y escogí un pijama del armario. Había ropa de todo tipo, lo bueno es que era todo de mi talla. Me metí a la ducha. El agua empezó a correr por mi cuerpo. Me sentía más tranquila. Poco a poco me iba relajando. Cuando acabé salí de la ducha y me puse frente al espejo. Quería ver mi reflejo bien. Tenia alguna pequeña herida por la cara, pero habían sido curadas. Salí del baño y me tumbé en la cama. Me había entrado el sueño así que rápido me dormí, abrazando al muñeco de Chuck. Por la mañana unos golpes en la puerta me despertaron. Rápidamente me levanté y fui a abrir.
-Hola. Vengo a buscarte para ir al laboratorio - dijo Teresa mientras me sonreía.
-Hola, espera un momento que me visto y ahora salgo.- dije mientras le devolvía la sonrisa. Cerré la puerta y fui a vestirme. Cuando acabé volví a salir y nos fuimos por los pasillos. Ella me iba guiando.
-Oye, si necesitas cualquier cosa, mi habitación es la de enfrente. Puedes tocar cuando quieras, estaré encantada de hablar con alguien.-
-Gracias Teresa. Seguro que me paso algún día por ahí. ¿Has vuelto a ver a los chicos?-
-No me han dejado verlos.- dijo para después callarse.
Llegamos a un laboratorio. Era gigante. Ahí ya estaba Ava y más gente. Me dijeron que de momento ayudase a Teresa en lo que necesitase así que fui con ella. Ella se puso a mirar algo por el microscopio.
-Mira esto, es realmente increíble cómo el virus afecta a la gente tan rápido.- se apartó un poco del microscopio para que yo pudiera mirar.
Se veía unas células que se teñían de negro muy rápidamente. Era increíble. Nunca había visto nada igual.
-Sientate aquí, por favor. Necesito sacarte un poco de sangre.- dijo señalandome una silla. Hice lo que me pidió y me senté.
Ella se acercó con una aguja hacia mí. Yo giré la cabeza y extendí el brazo. Noté como pasó un algodón mojado por la zona interna de mi codo. Después sentí dolor en la misma zona. Pasó poco tiempo y Teresa sacó la aguja. Me puso un algodón para que no me sangrara y me dijo que apretara. Me había sacado dos pequeños viales de sangre.
-Lo siento si te he hecho daño. Necesitaba esto.- dijo ella.
-Tranquila, ha sido poco. ¿Que harás con la sangre?-
-Quiero que veas una cosa.- nos acercamos al microscopio de antes. Ella con una pipeta cogió un poco de mi sangre y la puso sobre las células infectadas de antes. Rápidamente el color negro empezó a desaparecer. Me quedé muy asombrada. Después las células se murieron.
-Se han muerto. Pero parecían curadas.-
-Tu sangre es la cura. Elimina la infección en menos de un minuto, el problema es que hay un componente de tu sangre que mata las células.-
-Es increíble que mi sangre pueda hacer eso. Podríamos hacer la cura si averiguamos cómo eliminar ese componente.-
-Tendremos que investigar más. Espero que ahora entiendas lo importante que eres. Es necesario que te quedes con nosotros y nos ayudes. Eres la última oportunidad que hay para sobrevivir. No hay nadie más como tú. Eres especial.- dijo ella.
Me quedé muy sorprendida y no sabía que más decir. Gally murió por culpa de esta enfermedad y yo quiero acabar con ella. Quiero vengar su muerte. La suya y la de Chuckie. Alby, Ben y Zart también fueron picados. Si hubiéramos tenido la cura podrían haberse salvado y podrían estar de nuevo con nosotros. Ayudaría a encontrar una cura. Era lo que necesitaba el mundo.
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Espero que os guste este primer capítulo del segundo libro. Muchas gracias por votar y comentar.
