Capítulo 2: La historia de Harry.

236 22 14
                                    

Estaba tumbado, todo se veía borroso y las luces deslumbraban mi vista, cuando intentaba abrirlos era casi imposible. No sabía donde estaba o que había pasado, escuchaba voces al rededor y al poco rato escuché a mi madre llamarme.

—Harry! ¡Porfavor mírame no cierres los ojos!—gritó desesperada.

¿Porqué estaba desesperada? No sentía nada, ¿Que estaba pasando? ¿Estaba teniendo alucinaciones?

De pronto todo se volvió negro, oscuridad absoluta, no había nada alrededor, absolutamente nada.

Una dulce música empezó a sonar a lo lejos, la seguí guiándome por el sonido hasta que un pequeño destello de luz apareció, como si de un túnel de tratase.

Seguía escuchando la voz de mi madre a lo lejos con un eco profundo.

—¡Harry! ¡Ya viene la ambulancia! ¡Por favor no me dejes!—dijo con la voz rota.

Parecía que estaba llorando, no la podía ver, tampoco podía sentirla, solo la escuchaba como si me estuviera llamando desde un sitio muy lejano.

Seguía caminando hacía aquel destello de luz adentrándome más en esa especie de túnel, la música cada vez sonaba más fuerte a medida que me acercaba.

—¡Harry! ¡No te vayas!—dijo sollozando aquella voz de su madre.

No le doy importancia y sigo caminando hacia la luz casi rozándola con la punta de mis dedos.

Primero dí un paso hacia delante atravesando mis manos dentro de la luz, luego todo el brazo y justo cuando iba a dar un paso para entrar completamente dentro todo se volvió blanco, la música paró de sonar, empiezo a volver a sentir mi cuerpo y como una fina sábana me cubría las piernas, entonces en ese instante intentó abrir los ojos y...

—¡Se ha despertado! ¡Harry!

Mi madre estaba a los pies de la cama en la que yo estaba tumbado. No paraba de llorar mientras que los médicos entraban en la habitación.

Miré a mi alrededor y vi que había agujas, suero, medicamentos...espera, ¿Era esto un hospital? ¿Porqué había acabado aqui?

25/12/1999

—¡Una muñeca!—dije sosteniéndola en mis manos mientras mi madre me ayudaba a quitarle el papel con el que estaba envuelto.

—¡Justo lo que le pediste a Papa Noel! Que suerte, ¿verdad Harry?—dijo Anne.

—¡Sí!—respondí con una amplia sonrisa de lado a lado.

Seguía abriendo los regalos con mi hemana cuando de pronto la puerta de casa se abrió de un golpe seco.

Era mi padre. Anne acercó hacia la puerta.

—¿Se puede saber donde estabas? Hoy es navidad, los niños ya han abierto los regalos sin tí.

Él entró ingorando las palabras de Anne y entró al salón donde estabamos Gemma y yo sentados.

—Papá, ¿Porque no viniste a abrir los regalos con nosotros?—preguntó Gemma.

Miré hacia abajo y vi que llevaba una bolsa con botellas de alcohol vacías dentro.

Había estado bebiendo, mucho, demasiado.

—Bueno ya estoy aquí.—dijo molesto intentando mantenerse en pie.

Entonces vi como su mirada se fijaba en la muñeca que tenía en mis manos.

—Anda Harry, dale el regalo a tu hermana.

—Este es mi regalo papá.

—Si, eso es lo que Harry se pidió, se lo han traido.—respondió Gemma.

182 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora