—¿Cuánto queda?—pregunté mirando el reloj.
—Poco.—respondió el médico.—Solo unos veinte minutos y habrás terminado.
Me volví a tumbar sobre la butaca azul y me relajé, no me haría mucha gracia vomitar como las primeras veces que me metieron la medicación por la vía, eso fue de todo menos agradable.
Vuelvo a mirar el reloj, el maldito reloj que hacía un tic tac horroroso me estaba poniendo más nervioso de la cuenta, ya habían pasado 10 minutos, solo me quedaban otros 10, podía soportarlo.
Doctores y pacientes pasaban por los pasillos a toda velocidad, el sonido de las ruedas de las camillas empezaba a volverse más molesto hasta que las luces empezaron a nublarme la vista, como si fueran pequeños destellos de luz, no podía ver con claridad.
—Estás muy pálido, ¿Te sientes mareado?.—dijo el médico.
—No.—mentí.
Necesitaba que pasara lo más rápido posible, no quería que las tres horas que me estuvieran poniendo la quimioterapia se alargaran de más, eso sí, la noche que me esperaba por los efectos secundarios no iba a ser la mejor.
—¿Vas a vomitar?, puedo parar unos minutos si lo necesitas.
—No.—respondí seco.
—¿Estas seguro?—preguntó Ed dudoso.
—¡Que si! ¡Déjame!
Le chillé.
Nunca le había chillado, menos a Ed que era el único médico que me caía bien, no debería de haberlo hecho pero desde que entré al hospital dijamos que no estoy tan receptivo, más bien todo lo contrario, muy poca gente me soporta, no les juzgo porque yo tampoco podría soportar a alguien como yo pero que más da, estoy cansado de todo, de estar todo el dia esperando a que un milagro me cure del cáncer porque vamos a ponernos realistas, hay pocas esperanzas en la quimioterapia, casi nulas solo que claro, mi madre intenta animarme diciendo que todo va a estar bien cuando claramente me estoy muriendo.¿Que si la muerte me asusta? No la verdad, solo que me gustaría hacer determinadas cosas antes de eso como viajar a Italia o simplemente ver más a menudo a mis hermanas, muy pocas veces vienen a visitarme porque los hospitales no es un sitio ideal para niños, cada pequeña particula que haya podría hacer que enfermen y entre que mi madre es la única que está al cargo de ellas y la única que trabaja no se podría permitir cogerse una baja porque están enfermas, y mucho menos con lo caro que es el tratamiento que me están poniendo.
Pensé varias veces en decirla que me quiero rendír, que no quiero seguir más pero seguro que reaccionaría como: "Louis por dios no dijas eso, el tratamiento te salvará la vida, estoy segura y tu deberías de tener fé"
¿Tener fé? Después de todo lo que me pasó eso ya no existía para mi, era nulo, solo imaginación.
Así que como iba diciendo, las personas que se mueren suelen hacer una especie de lista de cosas que quieren hacer antes de morirse, como una lista de últimos deseos así que yo hice una.
Lista de cosas que quiero hacer antes de morir:
1.Jugar al fútbol.
¿Suena simple? Quizá, pero desde pequeño siempre lo he estado haciendo, incluso me atrevería a llamarlo mi vía de escape, bueno era mi vía de escape porque los medicos no me permiten hacer deporte, sería perjudicial para mi salud.
2.Comprarme una guitarra.
Vale quizá esto es más estupido que lo anterior pero siempre me llamó la atención la música, componer canciones, de echo pensé que podría comprarme una y así aprender a tocarla para matar el tiempo estando aquí pero no puedo exigir a mi madre dinero con todo lo que tiene encima, eso sería lo ultimo que se me pasaría por la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
182 días
FanfictionHarry y Louis se conocen en el hospital, a los dos les quedan 182 días de vida ¿Se salvarán los dos? Se prohibe toda adaptación de esta obra