Capítulo 4: Cigarros y colonia.

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—Bien, el desayuno será a las nueve, mi compañera te lo traerá todas las mañanas, luego la comida la tienes que recoger a las dos y media en la cafetería del hospital o puedes pedir que te la suban. Después de comer irás a la sala para tomar las medicaciones como hiciste ayer y cuando termines subirás a la habitación hasta que a las diez te den la cena, ¿Alguna pregunta?—dijo la enfermera con una sonrisa.

Ese iba a ser mi horario, me habían dado todo tipo de instrucciones que tenía que seguir si o si.

—Harry, tu sabes que yo no podré quedarme todos los días contigo aquí por el trabajo, ¿Te enteraste bien de lo que dijo la enfermera?—preguntó mi madre.

—Si mamá.

La verdad que no me gustaba la idea de tener que estar así todos los días, haciendo lo mismo como si fuese un bucle repetitivo del que no se pudiera escapar, del que no existiera una posible salida, era esto o rendirse y aceptar la muerte, yo no quería eso.

Es raro pensar en como puede cambiar la vida tanto en muy poco tiempo, hace 3 días estaba en casa con mi hermana feliz viendo cualquier tontería y ahora estoy aqui encerrado en un hospital con la muerte esperándome a los pies de mi cama con los brazos abiertos, no se si podré vencerla pero de veras que quiero.

—Bueno, en ese caso me voy, cualquier cosa que necesites estaré en el mostrador del fondo.—dijo señalando hacia el pasillo la enfermera.

La enfermera se fué, era bastante maja, por ahora ya la conocia a ella y al otro enfermero, creo que se llamaba Ed, el fue el que me puso con el niño ese...me pone de los nervios que me llame ricitos, ¿Porque sin conocerme ya me esta poniendo apodos molestos? Se que el prefiere estar con sus amigos antes que conmigo que soy un completo extraño para el... pero aún así debería de ser un pelín más amable, ¿no? Además me mira de una forma que me hace ponerme demasiado nervioso cuando clava sus ojos azules en mi, en fin da igual, ¿Porque estoy pensando tanto en él?

—¿Harry?—preguntó Anne dándose cuenta que estaba ensimismado en mis pensamientos.

—Eh, ¿si?

—En respecto a lo de tu pérdida de memoria...¿Ya recuerdas lo que pasó?

Solo tenía en mi mente imágenes borrosas sin claridad. Los golpes que pegaba mi padre en la mesa, el sonido de los cubiertos al caer al suelo, mi hermana detrás mia con los ojos rojos y lágrimas recorriendo sus mejillas hasta caer en el suelo, como Desmond daba una bofetada a mamá hasta caer en el suelo y después ese dolor en el pecho continuo mientras me sudaban las manos sin parar, estaba nervioso porque iba a decir algo, pero no me acuerdo el que.

—N-no del todo.—respondí dudoso.

—Bueno he hablado con una psicologa y creo que lo mejor sería que hablaras con ella y así intentar hacer memoria.

—¿Que? ¿Una psicóloga? Yo no estoy loco.

—Lo sé cariño pero ella te va a ayudar mucho.—dijo acariciándome la mano.

—¿Porqué no me dices simplemente que pasó antes de acabar aquí?

—Es muy complicado...las pérdidas de memoria que has tenido suelen pasar a gente con algún trauma Harry, es un tema delicado...

¿Trauma? Haber ya sabía que era algo grave como para acabar así, ¿pero tanto?

—Hay una cosa que si recuerdo.

—¿El que?

—Los golpes que papá pegaba a la mesa y como él... te daba una bofetada, ¿Fue culpa mía?

—No cariño, no fue culpa tuya y hablando de papá.—dijo aclarándose la garganta.—Él no volverá más.

—¿Cómo? ¿Porqué?

182 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora