Capítulo 15: Quédate.

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Ayer fué el peor y mejor día de mi vida, pasaron demasiadas cosas, una mala y otra buena.

¿La mala? Que me siento tonto por creer que después de todo mi padre quisiera verme. Estuve en la cafetería 3 horas esperándole todavía con esperanzas de que viniera. Me siento totalmente inutil. Y sobre todo cuando le hicieron daño luego a Harry...haré un ajuste de cuentas.

¿La buena? Le besé, besé esos labios rosados que tanto tiempo quise tocar y sentir sobre los mios. Besé a Harry y aunque todo fué porque me descuidé al dejar mi libreta en la mesilla me alegro, porque sinceramente no se si habría tenido suficiente valor para hacerlo.

Fué un accidente, el mejor que me podría haber pasado.

Le quiero tanto que duele pero se que esto no es lo correcto, no puedo estar con Harry y arrastrarle conmigo.

Se que los dos estamos enfermos pero el tiene posibilidades de curarse, yo no, y si él esta conmigo solo sería una carga para él.

—Harry... ¿podemos hablar de lo de ayer?—le pregunté nervioso.

Él me sonrió enseñando sus hoyuelos.

—Si amor.—respondió con tono dulce.

Me había llamado amor, no me esta poniendo esto fácil.

Quité la chaqueta de la silla y me senté en ella.

—Lo siento por lo de ayer, no debería de haber pasado nada de eso.—dije con la voz rota.

Los ojos de Harry se apagaron al instante y su sonrisa desapareció.

—¿P-porque? ¿No me quieres?—tartamudeó mientras una lágrima cayó por su mejilla.

Me dolia mucho que llorara, y más que pensara que no le quería.

Al ver que empezaba a llorar más me acerqué a él y me senté a su lado.

—No...claro que no Harry, yo te amo con locura, más de lo que crees.—le dije acariciando sus manos.

Harry levantó su vista y me miró con sus ojos verdes tristes.

—Verás...nuestra situación es dificil, ¿sabes? Los dos estamos enfermos pero tu tienes posibilidades de sobrevivir Harry, yo no y por nada del mundo me gustaría que estuvieras conmigo hasta que muriera y aprovecharme así de tí...

—¡No! ¡No!—exclamó con un hilo de voz.—Tu te pondrás bien, estaremos bien, ¿si?—dijo acariciándome las mejillas dulcemente.

Me rompía por dentro decir todo lo que estaba diciendo pero en el fondo sabía que era lo correcto por mucho que doliera.

—Harry...creo que lo mejor será ser... amigos.

Se levantó de la cama rapidamente, cogió su beanie, el paraguas que estaba al lado del armario y se acercó a la puerta para irse.

—¿A donde vas Harry? ¡Harry!—chillé siguiéndole mientras bajaba las escaleras del hotel a toda velocidad.

Escuchaba como su respiración cada vez era más intensa y como intentaba dejar de llorar.

—¡Harry! ¡Espera!—exclamé intentando pararle.

Salió por la puerta del hotel a toda velocidad abriendo el paraguas por la tormenta que había. Cruzó la calle y siguió caminando.

—¡Harry! ¡Por favor!—grité con dolor.

Paró de caminar y se quedó quieto.

Se giró para verme, tenía los ojos enrojecidos igual que su nariz y mejillas. Se quedó unos 10 segundos solo mirándome hasta que se acercó ami lentamente.

182 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora