Futuro.
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Rachel Dare.
El mundo entero había especulado acerca del futuro. Cada persona tenía su versión de cómo se construiría o se vería todo con el paso del tiempo.
Teníamos más o menos 10 años creando una nueva vida, un nuevo comienzo, y lo habíamos logrado mejor de lo que pensábamos. Por un tiempo nadie creyó que de hecho viviríamos para vivir la paz por la que luchamos, por un tiempo nuestros padres habían considerado seriamente que sus propósitos, vidas y sueños empezaron con una lucha y se acabaron cuando termino. Afortunadamente no fue así.
Ahora andábamos por caminos separados. Cada familia hizo su propio espacio, se tallo su lugar en una época donde ya no necesitaban a los héroes como los necesitaron en sus días de gloria. Una vez que cada familia se estableció empezamos a vernos con mucha más frecuencia, nuestros padres empezaron a jugar con el concepto de la unidad como familia. Siempre nos habían alentado a llamar a los amigos de nuestros padres "tíos" y "tías", pero mientras más avanzábamos era más obvio que esos lazos fueron hechos para durar por lo que los hijos e hijas que vinieron a aumentar los números crecimos siendo cercanos.
Yo acababa de obtener un buen puesto como maestra en el colegio de Hogwarts, después de que la profesora Trelanwey renunciara a su cargo cuando recito la profecía que nos trajo al mundo mágico para empezar, pero ahora... ahora había una misión necesaria que los niños de mi tiempo debían cumplir.
Sabía que había llegado la hora. Era tiempo de irse.
Un templo a Delfos había sido creado en el centro del bosque prohibido para mis profecías y a esta hora en el pasado de nuestros padres las Moiras habían revelado las profecías a los magos y a los semidioses.
Tenía que reunir a la familia lo más rápido posible.
—¡Mamá! —El grito retumbo por todos los rincones del bosque
Tuve que detener mis apresurados pasos para poder esperar a mi hijo mayor que se acercaba pasando los árboles desde el camino que conducía al templo. Su cabello rojo colgaba largo hasta a la cadera y sus ojos negros exigían atención de manera enfebrecida.
Por un momento de pánico feroz estuve convencida de que los monstruos lo perseguían o tal vez había un enfrentamiento terrible del que estaba escapando o venía intentando conseguir ayuda porque algo horrible sucedió.
—¡Adara me robo mi labial plateado! —Grito mi hijo mayor.
Lo mire a los ojos largamente mientras más se acercaba. Una ráfaga inocente de aire le alboroto el cabello y me di cuenta de que debo dejar de consentir a mis hijos
—¡Sea lo que sea que Aetos te diga es mentira mami! —grito mi hija llegando por detrás del pelirrojo.
Mi hija hace mucho tiempo había decidido que su cabello era una molestia por lo que lo había recortado a la altura de los hombros. Fuera de eso ella era la copia exacta de Aetos mi hijo mayor, pero no debía estar sorprendida, ambos eran mellizos después de todo.
—Tú te robaste mi lápiz labial, ese labial era el favorito de Evan ¡Perra traidora! —Mi hijo grito subiendo el tono. Chasquee la lengua por el lenguaje, pero lamentablemente eso era algo que a su edad ya no podía quitarles (aunque todavía podía intentarlo).
—¡¿Perra traidora?! —Adara grito, ofendida—Ilíthio—Se quejo.
—No llames estúpido a tu hermano—Inmediatamente reprendí cuando estuvieron lo suficientemente cerca—Y Aetos, no llames perra traidora a tu hermana—Los dos se cruzaron de brazos sin escuchar.
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La divina magia del amor [HARCY]
Fanfiction-Son hermosos. -Deben estar juntos. -No lo estarán si no los ayudamos. -¿Cómo haremos eso? -Dejemos que su futuro lo haga por nosotras. Risas sonaron por todo el lugar, las Moiras aburridas y con ganas de jugar a hacer el trabajo de Cupido no eran a...