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Campamento mestizo. Presente.
Rachel
El mensaje iris de pánico que envió Quirón no delataba exactamente porque el centauro estaba entrando en pánico, ni siquiera decía que algo estaba mal, de hecho, la única razón por la que descubrí que el viejo estaba nervioso era por las miradas furtivas que seguía echando alrededor a algo que la imagen de la llamada no captaba del todo.
—Te necesitamos en el campamento lo más rápido que puedas—Fue lo que dijo. —Ha surgido...algo—Algo no cubría la gran variedad de cosas que pudieron haber sucedido en el pequeño lapso de trece días en los que estuve fuera.
—¿No pueden hacerlo sin mí? —Pregunte. Quirón miro fuera de la imagen de nuevo, parecía nervioso.
—Me temo que eres de vital importancia—Así que no tenía opción.
Ahora después de un vuelo demasiado tedioso en uno de los helicópteros más rápidos de mi padre pase de estar en casa a estar en el campamento en unas pocas horas.
Cruce corriendo la barrera sin detenerme a saludar las pocas caras conocidas que me topaba en el camino. El viaje solo había logrado hacerme pensar en los peores escenarios incluso cuando sabía con cierta certeza que no tendríamos problemas al acecho pronto. Tenía un mal presentimiento.
Cuando finalmente la casa grande apareció a la vista mis pulmones ardían por el esfuerzo.
No tuve que llegar muy lejos para tener la primera visión de lo que estaba pasando. Me tope con Percy primero, el más alejado de todos los reunidos frente a la casa grande apoyado cómodamente contra otro chico más joven.
—Hey—Percy miro hacía mi con una sonrisa que era un poco tambaleante, como si hubiera sido una mueca y la convirtió en una sonrisa en el último momento—Bienvenida, es bueno verte Rachel—Al menos eso sonaba un poco más sincero.
—También a ti—Me apegue a la cortesía en vez de exigir lo que estaba pasando y como podía ayudar.
El chico junto a Percy se animo como si me reconociera, salto hacía adelante con grandes ojos verdes que se veían aún más grandes por los lentes circulares. Algo en él me hizo sentir... intraquila.
—¡Hola! —Agito su mano hacía mi—¡Soy James! —Tome la mano ofrecida con cautela dándole un breve apretón antes de soltarla.
Ah, se parecía a Percy de maneras sutiles, pero una vez que encontrabas una similitud el resto venía como una cascada sin control.
—¿Nuevo hermano? —Pregunte a Percy.
—Algo así—James soporto el escrutinio por un momento antes de señalar algo detrás de mí.
—Creo que Quirón te llama—Un vistazo sobre mi hombro demostró que sí, el centauro me había visto llegar y esperaba impacientemente rodeado de unos pocos campistas jóvenes. Algunas caras nuevas parecían haber llegado.
—Nos pondremos al día más tarde—Percy dijo—Creo que deberías ir—Me aleje sin decir adiós.
La tensión aumento conforme más cerca estaba. Los rostros desconocidos se multiplicaron. No conocía a todos los niños del campamento, pero Quirón y el Sr. D presentaban a los nuevos tras su llegada al campamento o el chisme se corria cuando eran reclamados por sus padres divinos. Me sentía bastante cómoda diciendo que no había visto antes a casi nadie de los reunidos hoy, los recordaría, sobre todo porque algunos parecían muy difíciles de olvidar.
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La divina magia del amor [HARCY]
Hayran Kurgu-Son hermosos. -Deben estar juntos. -No lo estarán si no los ayudamos. -¿Cómo haremos eso? -Dejemos que su futuro lo haga por nosotras. Risas sonaron por todo el lugar, las Moiras aburridas y con ganas de jugar a hacer el trabajo de Cupido no eran a...