PARTE VII: PAPÁS PRIMERIZOS

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Campamento mestizo. Presente.

Will

—Hazel y Nico están trayendo a Leo—Aetos Dare informo. Jason que todavía parecía no creer la noticia de que su mejor amigo estuviera vivo estaba sentado en un sofá con una niña dormida en su regazo.

—Llegaran en dos días, nos da tiempo suficiente para abastecernos de provisiones, repasar el plan de salida y la ruta para llegar a Inglaterra. Necesitamos estar allí lo más pronto posible—Adara, la hermana de Aetos e hija de Rachel saco un mapa y lo desplego en la mesa, todos se apiñaron a su alrededor.

—Son los mayores de todos nosotros—Terrence me susurro conspirativamente—Creen que tienen que estar a cargo de nosotros por lo que se esfuerzan en parecer preparados—Ellos no parecían estar esforzándose mucho, parecía que tenían esto listo desde hace mucho tiempo y ahora solo estaban repasando los detalles para que todos estuvieran al día.

Había una gran cantidad de niños regados alrededor. Una incluso estaba acurrucada junto a las piernas del Sr. D quien parecía estar considerando preguntar porque o simplemente patearla para alejarla, pero cada vez que el dios consideraba seriamente la segunda opción la pequeña levantaba la mirada y le sonreiría con cariño, entonces el dios refunfuñaría algo inteligible, le alborotaría el cabello y la dejaría estar.

Era aterrador.

Conocía a muy pocos, pero podía decir con cierta certeza que niño pertenecía a que padre.

Por ejemplo, mis dos chicos estaban acurrucados junto a mí, Terrence haciéndose malas caras con Samantha (La hija de Leo Valdes quien aparentemente era cercano a mí en el futuro), Demian a mi otro lado parecía muy interesado en el plan y estaba prestando atención.

Luego estaba Piper que sostenía la mano de una niña que tenía toda la pinta de ser una rarita. El cabello rubio parecía muy bien cuidado a pesar de que le faltaba una o dos cepilladas, tenía una trenza con pequeñas cuentas de colores y monedas por aretes. Parecía como si hubiera metido la mano en su armario y se hubiera puesto las dos primeras prendas que saco, la falda azul brillante chocaba con la camiseta turística editada. Aún con todo eso, tenía cierto aire soñador que te hacía querer arrullarla.

Jason, claro, aún parecía estar trabajando con la premisa de que Leo estaba vivo, pero su rostro ya tenía algo de color y había dejado de aferrarse a su pequeña como si fuera lo único que podía equilibrarlo. La pequeña de Jason Grace crecería para romper corazones, apenas la había visto por unos segundos y ya lo sabía.

Había otros niños para los que no tenía nombre, caras que no relacionaba con nadie conocido, pero que se mantenían cerca porque sus padres los involucraron. Había una niña sentada junto a la hija de Piper, un chico pelirrojo de la edad de los más grandes que se apoyaba contra una pared sin decir una palabra y la niña junto a Dionisio.

Los mayores, los dos hijos de Rachel eran idénticos incluso cuando no podían ser más diferentes. Podría mirarlos y diferenciarlos con facilidad, pero uno al lado del otro te hacía difícil comprometerte con una decisión, razón por la cual era muy bienvenido el hecho de que tuvieran el cabello en diferentes longitudes. Adara parecía estar hecha para una pelea, siempre ruidosa e impaciente saltando a los planes como si se dirigiera a una batalla, Aetos por otro lado era un poco más sereno y miraba a su alrededor constantemente contando a los suyos uno por uno. Una guerrera y un protector.

Los otros chicos, los que no parecían haber reclamado a ningún semidios como padre eran los que me ponían nervioso.

Estaban los Black. Tan oscuros como juraba su apellido se movían como maquinas bien engrasadas, bromeaban y nunca se detenían. Eran personas feroces e increíblemente táctiles, una mano en el cabello de los niños o en sus pequeños hombros, un reclamo silencioso de su gente aquí y allá. Ojos oscuros que podían mirarte con coquetería y hacerte sonrojar o con una silenciosa promesa de muerte que provocaría tus pesadillas.

La divina magia del amor [HARCY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora