PARTE X: ENCUENTROS

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Hogwarts. Presente.

Harry.

Estaba huyendo de nuevo.

El frio se colaba en mis huesos cubriendo cada parte de mi cuerpo con escarcha directamente desde el interior, manteniendo la sangre caliente para que bombeara, pero frio afuera para agarrotarme los músculos.

Corrí más rápido forzándome a los limites sabiendo que era posible que mi cuerpo se apagara si llegaba demasiado legos. No importaba, tenía que alejarme de la marea que arrastraba consigo esa sombra.

El agua me lamía los tobillos, los talones se hundían en la arena blanda y el agua salada me salpicaba las piernas. Lo único que podía oír era el sonido del mar, del agua azotando la costa, pero sabía que no estaba solo, sabía que algo estaba detrás de mí y si paraba para respirar sus garras me arrastrarían al mar y me ahogarían en él.

Vi atisbos de cabello negro y ojos verdes que miraban salvajemente por el rabillo del ojo.

Tenía que escapar de él y de su poder, era más de lo que nunca había sentido. La tierra vibraba con él y era imposible resistirme a su llamado, si me detenía sería mi fin.

Este era un poder desconocido con el que no podría compararme.

—¡¿Qué quieres de mí?! —Grite hacía atrás, mis muslos ardiendo y mis pulmones colapsando—¡¿No fue suficiente?!, ¡Ya les di todo! —El peligro no disminuyo, pero mis dedos empezaron a sentirse acalambrados.

La sombra se acercó más, parecía como si caminara sobre el agua o como si esta lo ayudara a moverse más rápido, casi estaba sobre mí.

—¡No tengo nada más para darte!, ¡Entregue mi vida a Voldemort!, ¡No daré mi alma otra vez! —Mis piernas cedieron y caí a la arena. Él se cernió sobre mí en silencio, se agacho, una figura imponente de oscuridad con ojos verdes.

Sus dedos quemaron en mi brazo y grite.


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—¡Harry! —El empujón de agua helada me saco de la pesadilla. Caí hacía abajo, abajo y abajo ahogándome sin poder respirar. —¡Hey tranquilo! Es solo la manta, tranquilo—Manos con dedos firmes apartaron la tela y emergí tomando aire como si mi vida dependiera de ello. —¿Estás bien hermano? —Ron toco mi hombro con el ceño fruncido y los ojos preocupados.

Intente hablar, responder que estaba bien, pero me faltaba el aire y mi corazón se sentía como si hubiera estado corriendo por el bosque buscando horrocrux con mortifagos a mi espalda otra vez.

—No te esfuerces—Neville dijo desde su cama, no se había parado, pero estaba mirando. El resto de los chicos también lo hacían.

—¿Cómo te sientes? —Ron pregunto ayudándome a sentarme con la espalda contra la cama ¿Había caído al piso? Parecía que sí.

—Bien—Conteste. Ron me dio esa mirada preocupada de nuevo, la que siempre me daba cuando sospechaba de mi salud.

—¿Fue Voldemort de nuevo? —Pregunto, comprensivo.

Me incorpore para tomar mis lentes, mis dedos estaban firmes, mi mano no temblaba, pero todavía estaba empapado de sudor.

—Esto fue diferente—Explique. No sabía que tan malo era soñar con algo que no fuera Voldemort hasta que sucedió—Y creo que no es la primera vez—Ron pareció todavía más preocupado.

La divina magia del amor [HARCY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora