Young Lust [Pink Floyd x OCs]

Break on Through (To The Other Side)

Cap. 5

Birmingham

Tatiana se miraba al espejo, analizaba su largo cabello rubio y se lo acomodaba de diversas maneras. Se lo imaginaba corto, atado o en un rodete, pero nada la hacía lucir diferente, se maquilló un poco con tonos oscuros por primera vez... y nada, se sentía igual de siempre.

-¡Tanushka! -La llamó su madre desde la planta baja - ¡El almuerzo!

-¡En un minuto!

Volvió su vista al espejo, aún triste, no podía creer lo que había pasado hacía unos días, cómo ese chico la reconoció cuando nunca antes lo había visto en su vida ¿En qué momento? ¿En qué situación? No quiso imaginarse, y tampoco quería imaginar lo que le estaría contando a sus amigos.

Ah, sí, Maggie Mae, la más fácil de todas, pero sale cara.

Maggie Mae, la que posa su pierna bronceada sobre su presa y tras cobrarle desaparece.

Ésa Maggie Mae, las groupies siguen sin entenderla, la odian y a la vez la aman.

Se tapó la cara con sus manos, pero hizo lo posible para evitar llorar, no quería que sus padres la vieran en ése estado sino debía decirles la verdad..., que su hija era una prostituta, y no cualquiera, una que sólo prefería músicos por sus recompensas.

Echó un vistazo a su dormitorio, allí en su placard aún estaban los vestidos que su ex novio Paul le había regalado, había sido un miembro fundador de The Yardbirds, también conservaba algunos aretes y camisas que el reemplazo de Paul le había obsequiado, un tal James Page que prometía mucho, y vaya que lo hizo, ahora era un guitarrista prodigio que se había olvidado por completo de ella porque las chicas le sobraban, y fue el primero en pagarle con dinero ya que por aquel entonces no tenía otra pertenencia y ella lo aceptó gustosa y pudo matricularse en el curso de Diseño, pero no fue el único, antes que él estuvo con una joven baterista que dijo amarla al instante, pero ella lo rechazó debido a su edad y el le retrucó que volvería en cuanto tuviera dieciocho, y cumplió, se vieron un par de veces hasta que él se aburrió de ella y decidió comprometerse con otra; y había mucho más... 

Tras meditar, se acercó y se apoyó en el maniquí que utilizaba para elaborar sus prendas, ése que había logrado comprarse gracias al dinero que le pagó Ray Davis la primera vez que lo conoció, y se volvió casi un cliente habitual.

-¡Tanushka! -Volvió a llamarla, María. Ya su hija podía imaginarla con las manos en jarra a punto de poner un pie en el escalón.

-¡Ya voy!

Bajó y, como era de esperarse, su madre lucía muy enfadada por su demora, por más de que hayan sido unos simples segundos, cuando Maria Smirnov decía que era la hora de comer, era la hora de comer.

-¿Qué ocurre, niña? No me digas que no tienes hambre.

-No, no es eso..., mamá... ¿Crees que debería teñirme el cabello?

-¿Qué tiene tu cabello? Creo que te queda muy bien.

-Es que... quiero un cambio, hay muchas rubias por ahí y... pensé en volver a mi color natural -María frunce el ceño -,sé que intentaste convencerme hace tiempo y te dije que no, pero cambié de opinión.

-No sé para qué esperas que te diga qué hacer, si siempre terminas haciendo lo que tú quieres ¿O no es así?

-Sí, aunque no me vendría mal un consejo -Le dijo con una tímida sonrisa.

María no le dio ni una sugerencia, sólo la tomó del brazo con suavidad y la acompaño hasta la mesa para que tomara asiento con el resto de la familia. No les tomó mucho tiempo, dieron apenas unos pasos y ya estaban junto a la mesa, quizás no era el hogar más grande ni tenían los mejores lujos, pero era un ambiente muy acogedor y Tanya no pretendía cambiarlo por nada en el mundo, se había acostumbrado a una vida así.