Capítulo 17

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Hola, amores :) ¡Espero que os guste el capítulo!


Capítulo 17

Sandra se sorprendió bastante de que Krystian aceptara acudir a la fiesta de Sophie junto a ella y sus amigos. Era algo muy inesperado, pero la joven se alegró mucho al recibir una respuesta positiva. Le envió la dirección de la fiesta y ese sábado por la noche, quedaron en encontrarse allí.

Poncho pasó a recogerla antes de las once de la noche y Sandra supo que Minerva, sentada en el asiento del copiloto, estaba más que dispuesta a desatarse en la fiesta.

—¿Qué le pasa a Minerva? —le preguntó disimuladamente a Poncho en el coche mientras su amiga sacaba la cabeza por la ventanilla—. Parece que ya está borracha.

—No lo parece, lo está —respondió su amigo entre dientes—, seguramente ha discutido con su padre o algo así.

Eso no la sorprendía, si tenía que ser sincera. Los problemas de Minerva y su familia parecían la historia de nunca acabar. Minerva soñaba con poder salir de esa situación en algún momento. Pronto.

Llegaron a la casa unos veinte minutos después y Sandra alzó las cejas al ver lo grande que era la casa en la que Sophie había vivido durante todo el año, una propiedad antigua a las afueras de la ciudad. Ella había esperado un piso de estudiantes normal, no una construcción de dos pisos y con más habitaciones de las que ella podía contar a simple vista.

—¡Menuda choza! —exclamó Minerva al bajar del coche—, no nos habías dicho que Sophie era la hija de Macron. —La joven se esforzó en poner un acento tan francés como pudiera al pronunciar el nombre del político francés.

Poncho puso los ojos en blanco, alisándose su camisa negra, que contrastaba profundamente con su piel blanca adornada de pequitas oscuras.

—No es solo su casa, vive con un montón de gente más.

—Apuesto a que su habitación es más grande que mi casa entera.

Sandra y Poncho compartieron una mirada algo preocupada al escuchar ese tono ligeramente amargo en la voz de Minerva. Aun así, caminaron hasta la puerta y cuando llamaron al timbre, Sophie no tardó en abrir la puerta. Sus ojos azules se iluminaron al ver a Poncho, al que se lanzó de inmediato. Sandra no tuvo que ver más allá para darse cuenta de que, si Minerva ya le había parecido bastante borracha hasta el momento, Sophie estaba en un nivel superior. La joven, tan retraída y tímida normalmente, se había soltado el cabello esa noche y en ese momento besaba a su amigo sin ningún reparo delante de ellas.

Sandra se sintió incómoda y se dedicó a observar su propia falda verde para evitar mirar a Poncho, que en esos momentos ya trataba de separarse de Sophie sin mucho éxito.

—Me alegro tanto de que estés aquí —susurró Sophie con una voz extremadamente dulce a la vez que alcoholizada y que se fundía con su suave acento francés.

Minerva ni siquiera se quedó allí un segundo más, sino que cruzó la puerta en ese mismo momento y sonrió cuando vio que la casa ya estaba llena de gente que conocía por la universidad, tanto de la carrera de periodismo, como de otras ramas. Sandra la siguió, sin saber muy bien qué hacer.

—Qué intensa está Sophie hoy, ¿no? —comentó, aún sorprendida.

—Ya ves —respondió Minerva—, se ve que ha encontrado la manera de sacarse el palo del culo y querrá aprovechar su libertad. —Comenzó a caminar hacia una mesa en la que reposaban un montón de botellas de licor—, ¿con qué empezamos? ¿Whisky? ¿Vodka?

Sandra abrió mucho los ojos.

—Minerva, cariño... creo que deberías esperar un poco antes de empezar a beber, ¿no te parece? Ya has bebido en casa.

—He bebido un poco. Muy poco.

Sus palabras no la convencieron y Sandra tomó la mano de su amiga entre las suyas. Minerva estaba preciosa, con un vestido de imitación pin-up y con su habitual pañuelo rojo recogiendo su melena negra. Entornó los ojos al mirarla.

—¿Qué ha pasado, Minerva? ¿Has discutido con tu padre?

Su amiga enarcó una ceja.

—¿Por qué me preguntas eso?

—Venimos a una fiesta y cuando Poncho pasa a recogerte por tu casa, tú ya estás casi borracha. ¿Te ha pasado algo en casa?

Minerva soltó la mano de la de su amiga, frunciendo el ceño y adoptando una posición defensiva.

—Estaba siendo previsora, Sandra. Poncho va a estar con Sophie toda la noche y tú has invitado a Krystian. ¿Con quién voy a estar yo?

Sandra se dio cuenta al instante de que las palabras de su amiga no tenían sentido. Estaban completamente rodeadas de personas a las que ella conocía, ¡de las que era amiga! La mitad de la gente de su carrera estaba ahí esa noche y a Minerva jamás le había resultado incómodo separarse de ella y de Poncho en una fiesta. ¡Su amiga era la persona más sociable que conocía!

—Minerva, si has discutido con tu padre...

—¡Que no he discutido con él, maldita sea! —Minerva se apartó de su amiga, molesta—. Déjame un rato, ¿vale? Voy a hablar con Silvia, me han dicho que su tía está buscando gente para trabajar en el restaurante. ¿Por qué no vas a saludar a Krystian?

Minerva señaló hacia la puerta y acto seguido desapareció de allí, dejando a Sandra con la palabra en la boca. Fue entonces cuando la joven se giró y, entre el tumulto de gente que se encontraba en esa sala, lo reconoció, llegando a la casa en ese mismo momento, vestido con vaqueros y una camiseta informal. Su corazón comenzó a latir como loco cuando distinguió sus ojos azules buscándola y una sonrisa se formó en sus labios sin que ella se diera cuenta.

Acto seguido corrió hacia Krystian.


Nos vemos muy pronto :)

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