ㅤgolden hourㅤ★ㅤmidoriya izuku !

veintiuno

VEINTIUNO
curious

    Izuku se removió en su silla, algo incómodo y ansioso. Los días pasaban y había dejado de salir seguido con su mejor amiga, cosa que lo ponía algo inquieto.

    Recordaba que, al día siguiente después de que Hanae se haya ido sin poder ir a comer juntos, él le había preguntado, muy tímido y avergonzado, si aquel Tamaki era su novio. La chica rió, avergonzada, negando con la cabeza. Dijo que sólo lo conocía desde hace mucho tiempo, ya que había crecido con Mirio, por lo que ella también lo veía como un hermano mayor. Izuku, sin quererlo, se sintió aliviado.

    Pero ahora Midoriya estaba con sus entrenamientos de por medio, y Hanae también había comenzado a entrenar con Mirio y Amajiki, además de entrenar su quirk por su propia cuenta. Por lo que ya casi no tenían tiempo para salir, y sólo se veían en clases.

    Hanae nunca salió con Izuku a comer, como había prometido aquel día.

    —Midoriya —la chica que siempre ocupaba sus pensamientos se acercó a él, con esa sonrisa que lo ponía feliz—. ¿Quieres venir a mi casa después de clases? Tamaki va a estar estudiando con Mirio, por lo que mi papá preparará cena para todos. Dijo que también podrías venir.

    Midoriya apretó sus labios, bajando su mirada. Tembloroso, negó con la cabeza, y la sonrisa ilusionada en el rostro de la fémina se fue.

    —L-Lo siento mucho, no puedo hoy —le costó demasiado hablar, al saber que de nuevo, no podría verse con la chica de la que estaba enamorado después de clases—. E-Es que tengo que entrenar temprano, y después estudiar...

    —Entiendo —Hanae comprendió, con una sonrisa triste. Izuku sintió que su corazón se quebraba—. Para la próxima.

    Y así era siempre. Alguno hacia planes con el otro, y el otro se negaba ya que tenía cosas que hacer. Siempre decían "para la próxima", pero ya creían que no habría próxima.

    —Para la próxima —susurró, con ese pensamiento en mente.

    —Espero que tengamos más tiempo cuando entremos en la UA —suspiró la chica, poniendo su mano—. Nos estamos esforzando mucho entrenando, ya casi no tenemos tiempo para salir.

    —Sí... —afirmó el pecoso, rascando su nuca—. Espero que todo nuestro esfuerzo dé sus frutos.

    —Claro que lo hará —sonrió, y Midoriya amó esa parte de ella. La parte que siempre lo apoyaba y animaba—. Yo sé que sí. Y podremos ser héroes juntos. Incluso podríamos formar una agencia en conjunto.

    —Sería una gran idea —apoyó Izuku, con un sonrojo en sus mejillas al fantasear en aquello—. ¿Crees que nuestra amistad dure tantos años?