veinticuatro

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VEINTICUATROsmile

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VEINTICUATRO
smile

    Hanae corrió con lágrimas en los ojos y una gran sonrisa. Un sobre estaba en su mano, teniendo el sumo cuidado de no perderlo.

    Su teléfono vibró varias veces, pero no le prestó suma atención. Se aseguró de estar tomando el camino correcto, ya que sus lágrimas hacían su vista algo borrosa.

    —¡Togata! —escuchó que gritaban su apellido, una voz muy conocida para ella. La chica vió a su alrededor, buscando al pecoso, y cuando lo localizó, vió que él también estaba corriendo hacia su dirección, también con un sobre en manos. Togata no pudo evitar sonreír alegremente, saltando a abrazarlo, sin importarle las lágrimas que seguían cayendo de sus mejillas. Izuku correspondió el abrazo casi de inmediato, con necesidad.

    —Pasé, Midoriya —susurró, restregando su cara en el hombro masculino. Escuchó como el contrario soltó un sollozo, aparentemente lo había estado conteniendo—. Entraré al curso de héroes.

    —Igual yo —y cuando escuchó eso, se sintió realmente feliz. Su corazón latió de alegría, y el agarre en el abrazo se apretó un poco más. Sus lágrimas seguían cayendo a montones, pero eran de felicidad—. Seremos héroes juntos, Togata.

    —Me siento muy feliz —declaró, cerrando los ojos, sintiéndose cómoda ante la calidez del abrazo. Izuku, a pesar de que ella no lo estaba viendo, asintió con la cabeza, de acuerdo.

    Pero entonces Togata se separó del abrazo, con una mirada confundida. Izuku la miró también, con lágrimas en sus ojos.

    —Pero, ¿qué hacías aquí? —cuestionó la chica, confundida—. Pensé que estarías en tu casa.

    —Y-Yo iba camino a tu casa. T-También pensé que estarías en la tuya —confesó, algo avergonzado. Hanae no pudo evitar sonreír dulcemente—. ¿Y tú qué hacías aquí?

    —También iba camino a tu casa —contestó, desviando su mirada—. Mirio ya sabe la noticia, pero mi padre todavía no. Quería que tú lo supieras primero, a mi padre le contaré cuando llegue del trabajo.

    Y entonces Midoriya se sintió realmente feliz. Siempre que estaba con ella, se sentía muy feliz. Y no podía dejar de demostrarlo, con una gran sonrisa decorando su rostro.

    Izuku no pudo evitar volverla abrazar, riendo entre lágrimas. Hanae aceptó gustosa, sin poder contener la sonrisa enamorada que apareció en su rostro. En verdad, la hacía sentir muy feliz tener ese tipo de contacto con su mejor amigo.

    Y entonces volvió a recordar todo lo que sentía por él. Se sintió nerviosa, sobre todo porque en muchas ocasiones quiso decirle pero simplemente las palabras no salían. ¿Sería un buen momento el decirle justo en ese momento? Un momento tan feliz y alegre, cálido y acogedor, que podría ser arruinado si alguien dice algo no deseado... Lo mejor era no decirle, ¿cierto? Sin controlarlo, su corazón se aceleró aún más, y la chica tuvo miedo de que el chico se diera cuenta de aquello.

    Pero en realidad, Izuku se sentía igual. Quería invitarla a salir, quería estar con ella como una pareja. Quería entrelazar sus manos cuando estuviesen caminando por la calle, quería abrazarla en cualquier momento, y sobre todo, besarla. La primera vez que tuvo esos pensamientos se sintió muy avergonzado de sí mismo, pero si él la quería como una pareja, sabía lo que aquello conllevaba. Las parejas salen juntas, se besan, se toman de las manos, y mucho más. Y aunque era un chico muy tímido, en verdad le gustaría hacer todo eso con Hanae. Estaba perdidamente enamorado de ella. Y recordaba con mucho amor y cariño la primera vez que ella curó sus heridas. Porque además de haber curado sus heridas físicas, poco a poco, fue sanando también las de su corazón.

    Al tener esos pensamientos, Midoriya no pudo evitar estrechar a Hanae aún más hacia su pecho. No quería soltarla, no quería perderla. No quería que ella lo dejara. Y sabía que no lo haría.

    —Te quiero —susurró la chica sin pensarlo. Y Midoriya podría pensar que se lo decía porque eran amigos, pero ella se lo había dicho con otra intención. Era muy cobarde para decir "me gustas", por lo que se conformó por soltar un dulce "te quiero".

    —Y-Y yo a ti —correspondió en otro susurró suave, sin poder evitar tartamudear. Pero tenía que admitir que cada vez que escuchaba a su mejor amiga decirle "te quiero", además de sentirse avergonzado, sentía que su corazón brincaba de alegría.

    Permanecieron un buen rato así. Ya sentían que no había necesidad de palabras. Y ambos eran tan tontos y ciegos, que no se daban cuenta de los sentimientos de el otro. Eran tan obvios, cualquiera podría darse cuenta de aquello. Pero eran unos estúpidos enamorados, que todavía no se daban cuenta que sus sentimientos eran correspondidos. Lo ocultaban en sonrisitas tímidas y enamoradas, sintiendo que con unos cortos abrazos y simples palabras, era más que suficiente.

    Midoriya sentía que si moría ahí, en sus brazos, moriría feliz. Podría morir en paz. Y es que había logrado su sueño de entrar al curso de héroes junto a la chica que le gustaba, podría volverse más fuerte, podría protegerla, podría estar a su lado. Cumpliría su sueño a su lado. ¿Podría ser mejor?

    Y cuando Hanae se separó un poco del abrazo, y lo miró con las mejillas sonrojadas y sus ojos brillando, sintió que sí podría ser mejor. Desfallecería en cualquier momento.

    El corazón de Togata y el de Midoriya latieron acelerados y en sincronización, felices. Izuku no pudo evitar sonreír tiernamente, mirándola de manera tímida. Faltaba distancia entre ambos rostros, pero en ese momento, a pesar de que les avergonzara, no querían apartarse. Hanae, sin poder evitarlo, alzó su mano, y acarició cada peca que el chico tenía en su rostro. Era algo que quería hacer desde hace un tiempo, pero era demasiado tímida para hacerlo. Ahora, por la cercanía del momento, sintió que podía hacerlo. Y al ver como Midoriya se inclinaba a su toque y cerraba sus ojos, sintió su corazón latir como nunca antes. Las mejillas de él se tiñeron de un rojo fuerte, haciendo que sus pequitas relucieran aún más. Inconscientemente, una sonrisa apareció en el rostro de la fémina.

    Volvieron a abrazarse, por todo el tiempo que habían estado alejados, y por el tiempo que pasarán juntos. De corazón a corazón.

    Aún así, no podían evitar preguntarse, qué había después de un "me gustas".

    Aún así, no podían evitar preguntarse, qué había después de un "me gustas"

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ㅤgolden hourㅤ★ㅤmidoriya izuku !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora