4

46 9 27
                                    

Con pesadez bajo del caballo, insistió en que podía ir solo ya que el castaño se estaban ofreciendo a acompañarlo. Muy cansado llego a su habitación y se quedo dormido. A la mañana siguiente, los toques en su puerta fueron lo que lo despertó.

- Onii-chan - los toques no eran fuertes pero eran constantes - Onii-chan.

No estaba acostumbrado a esos ruidos por ello molesto se levanto pero no dijo ni hizo nada.

- ¿Onii-chan estas bien? - preguntó Ellei.

- Aún lado princesa, abriremos la puerta.

Se oyeron diferentes voces, el ruido de la perilla siendo manipulada le llamo la atención, la puerta se abrió, dejando ver a muchas personas del servicio y su hermana, quien corriendo fue a abrazarlo.

- ¡No bajaste a desayunar y nos preocupamos! - Ellei se sentó a su lado.

- ¿Se siente bien príncipe? - preguntó una dama del servicio.

- Si - respondió avergonzado - Siento haberlos preocupado, estoy bien, solo me quede dormido - admitió su fatal error, estaba completamente rojo.

- Déjeme revisarle para estar segura - insistió.

- No, estoy bien, ahora mismo me alistó para hacer mis deberes.

- ¿De verdad onii-chan? - preguntó su hermana.

- Si.

Ellei no estaba convencida pero logro qué se fuera, se levantó rápidamente para preparase. No podía creer que se quedo dormido. Cuando bajó para tomar sus clases, su padre lo llamo. Fue de inmediato, seguro le pediría una explicación por la falta en el desayuno. Al llegar se sentó frente a él rey, no sin antes mostrar respeto.

- Dime Atsushi, ¿cuál fue el motivo por el que no tuvimos tu presencia en el desayuno?.

- Lo siento, me he estado sintiendo muy cansado y llegue a mi límite, es por ello que hoy no desperté a la hora que debía - no era una excusa, era la verdad, bueno mientras no le pida el itinerario de sus días anteriores todo bien.

Su padre lo observaba, analizaba su porte y rostro, solo para estar seguro que era verdad. Podía verse la cara de cansancio del peli plata.

- Las clases ocupan todo tú día - hablo - Así que a partir de hoy te dedicaras a las clases del Roy-Sensei todos los días e intercalaras las clases de Mayr-sensei y Sae-sensei, informaré de esto a todos y espero acomodes tus horarios, no tiene que pasar de nuevo.

- Si otousan - dijo.

Hizo una reverencia y salió de ahí, no supo cómo lo hizo pero ahora podrá descansar un poco más. Podrá dormir un poco antes de ir con el castaño. Camino contento hacia las clases de Roy-sensei, en realidad a la mitad de ellas, ya había perdido al menos hora y media.

Cuando salió del estudio, se encontró con un mayordomo qué le entrego un papel, el cual le decía los días y horas de clases. Por lo menos seguía descansando los domingos, porque incluso los sábados tendría clases. Eso de heredar el trono era demasiado agotador. Fue rápidamente a cambiarse para sus clases con Sae-sensei. De camino a la sala de entrenamiento se encontró con el castaño qué iba en dirección contraria.

- Hola, ¿estas bien? - preguntó un poco preocupado.

- Si, no hay de que preocuparse, esta mañana simplemente me quede dormido.

- Ya veo - dijo aliviado - No vuelvas a preocuparme así. Ahora mismo tienes clases, ¿te importa si te acompaño?.

- Lo siento - se disculpo nuevamente - Bueno... El problema aquí es que Sae-sensei suele hacer qué los espectadores entren en lucha con el, al menos lo hace con los caballeros qué van a ver. No se que suceda si te ve.

En esta no. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora